Encontrar una pinta roja en la desembocadura del Ulla es algo extraordinario pues su hábitat natural se encuentra en alta mar, pero uno de los participantes en la competición de pesca deportiva encontró un escualo de medio metro que devolvió inmediatamente al agua porque la especie no figura en el catálogo de peces que se podían capturar.

Fue la principal anécdota de la jornada entre el medio centenar de pescadores que participaron en el campeonato, pues resulta muy extraño encontrar este inofensivo tiburón tan cerca de un cauce fluvial.

También llamativa fue la odisea protagonizada por "tres doradas" de considerable tamaño, que consiguieron burlar la caña del pescador en el último segundo.

Los pescadores también se centraron en la pesca de lubina, aunque en esta marea apenas se dejaron ver, por lo que se notaba una cierta decepción entre los participantes.