Las mariscadoras de A Illa han vuelto a trabajar en los bancos marisqueros más afectados por el turismo de bañador durante el verano y los peores temores parecen cumplirse. Así lo reconoce la presidenta de la Organización de Productores (OPP-20), Maricarmen Dios, que va a solicitar un encuentro con los responsables de Mar para tratar de articular medidas de forma inmediata para que "no vuelva a sucedernos lo mismo el próximo año".

Una de las cuestiones en las que más incide Dios Castro es que el furtivismo de bañador "no es un problema de concienciación, ya que muchos de los que sorprendemos esquilmando los bancos marisqueros son de municipios muy próximos, es decir, son perfectamente conscientes de lo que están haciendo y del daño que pueden provocar; no se trata de personas totalmente ajenas al mundo del marisqueo precisamente".

Por eso la presidenta de la OPP-20 quiere analizar con la Consellería que métodos se deben articular para evitar que "esto vuelva a pasar, ya que no solo queda esquilmada la producción para este año, sino que también se llevan por delante individuos que todavía no dan la talla, dañando la cosecha del próximo año".

Aunque se tendrían que articular, las medidas podrían pasar por el refuerzo de la cartelería en las playas, y sobre todo, por un incremento notable en las sanciones económicas a los infractores, "algo que les haga pensarse mucho lo que hacen". Dios Castro entiende que las medidas deben ponerse en marcha de forma inmediata y "no esperar al próximo verano, porque nos vamos a encontrar con la misma situación".

En las tres jornadas que llevan trabajando las mariscadoras en las playas de Parede do Bao Sur, Xastelas y Camaxe, "hemos detectado que la producción no es la misma que existía en el mes de junio, cuando comenzaron a llegar los furtivos de bañador". Especialmente afectada se ha visto una especie como la japónica, almeja que se encuentra más en superficie y más próxima a la zona de baño, además de aflorar con el calor, algo que facilita su captura.

Lo cierto es que las mariscadoras de A Illa han tenido un verano sumamente complicado, con continuos incidentes en las playas con bañistas a los que sorprendían retirando almeja, en muchos casos, varios kilogramos. Estas situaciones, que comenzaron antes del mes de julio, obligaron a las mujeres a reforzar la vigilancia en todos los arenales, sobre todo, en los de la zona este de A Illa, donde se concentran gran parte de los bañistas que se desplazan hasta el municipio.

Muchos de los furtivos de bañador intentaban escamotear las almejas de las formas más curiosas, desde empleando juguetes de los niños, hasta escondiéndolas en las toallas, aunque también se sorprendió a alguno con un capacho lleno, en el que se ocultaban más de trece kilogramos de bivalvos.