La Xunta destinó 22.500 euros a las obras de consolidación de la capilla de Cortegada, cuyo principal objetivo es garantizar la seguridad y facilitar las visitas al entorno más inmediato del templo sin que exista peligro par las personas.

Se ha eliminado la vegetación sobre los muros y guías de la bóveda de la ábside que comprometían la estabilidad de la construcción. A las raíces se aplicó un biocida a base de hongos saprofíticos. También se procedió a la coronación de los muros y arranque de la bóveda con mortero de cal hidráulico, para continuar con la limpieza interior de la capilla y clasificado de las piezas de cantería.

Según la información de la Dirección Xeral de Patrimonio, la capilla de Cortegada es de estilo renacentista, de planta rectangular, con restos de sacristía y del antiguo hospital anclados en su fachada sur. En las obras de consolidación no se incluyó el hospitalillo, pues "requeriría de una intervención arqueológica", explicaba la arqueóloga Sonia García.

La fachada principal de la capilla tiene una puerta con arco de medio punto y pilastras laterales, todo ello coronado por un frontón triangular dentro del que se encuentra el escudo del arzobispo compostelano Fernando de Andrade y Sotomayor, quien mandó trasladarla en 1652 desde la zona del muelle hasta su ubicación actual más alejada de la costa.

La isla de Cortegada estuvo habitada hasta principios del siglo XX, ya que en 1907 fue donada al rey Alfonso XIII con la idea de que construyera en allí una residencia de verano. Posteriormente la isla fue vendida a una inmobiliaria que proyectó una urbanización a la que se opusieron los vecinos ya que ese no era el fin para el que en su día se donó al monarca. Finalmente no se construyó urbanización ninguna y en 2002 Cortegada fue incluida en el Parque Nacional Illas Atlánticas. No fue hasta 2007 cuando la Xunta logró expropiar la isla carrilexa para que volviese a ser pública.