La normalidad fue la tónica general en la huelga de ferroviaria que se celebró ayer a instancias del sindicato CGT, una jornada que transcurrió sin incidencias y en la que funcionaron los servicios mínimos previstos. La estación de Vilagarcía se vio afectada, ya que se suprimieron nueve trenes, lo que generó más de un contratiempo a algún usuario de la estación, pero sin llegar a registrarse incidentes.

El Ministerio de Fomento y el sindicato discrepan en lo que a seguimiento de la huelga se refiere, ya que desde la administración se asegura que tan solo el 1,1% de los trabajadores la secundaron, mientras que desde la representación de los trabajadores las cifras de paro alcanzaron más del 60%.

El sindicato convocó estas movilizaciones para exigir un plan de ingresos de trabajadores a largo plazo, para garantizar un rejuvenecimiento del cuadro de personal del Grupo Renfe y de ADIF, sin precariedad laboral y evitando la externalización de cargas de trabajo en los talleres de mantenimiento, en la atención al cliente y en los trabajos de conservación de las infraestructuras ferroviarias. También exigen el cumplimiento de los convenios colectivos en materia de movilidad, con procesos de traslados y ascensos.

En las jornadas anteriores a la convocatoria, el sindicato manifestó su discrepancia con lo que consideraba "unos servicios mínimos abusivos para los trabajadores" y ante la falta de información de Renfe y ADIF a los usuarios sobre la huelga, a los que "no se informó de los trenes que se iban a suprimir".