No hubo unidad de acción en el censo de ocho viticultores de más de dos hectáreas llamados ayer a repetir las elecciones al Consello Regulador de la denominación de origen Rías Baixas en una mesa de Meaño. Y es que la abstención de dos de ellos motivó que la mesa electoral tuviera que permanecer abierta hasta las 17 horas, y el escrutinio se realizara pues a partir de esa hora. Y eso, que lo intentaron desde el Consello Regulador que, por comunicación telefónica, solicitaba a los viticultores días antes que acudieran a votar a primeras horas a fin de liquidar el proceso cuanto antes.

"Me avisaron a mitad de semana de que había que repetir la elección -explica el viticultor de Dena, Pablo Padín, que era el segundo en depositar su papeleta a las 10,15 horas-, y el viernes me volvieron a llamar pidiéndome que, a ser posible, acudiera a primera hora, lo que me parecía lógico al ser solo 8 votantes, y eso fue lo que hice". Casi una hora después, a las 11,10, emitía su voto Marcos Barros, que se desplazaba desde Vilagarcía "porque nosotros tenemos nuestra parcela más grande, de 3,5 hectáreas, en Padrenda, por eso nos corresponde votar en Meaño". Era el quinto voto de la jornada y, precisamente, el único votante del censo que se abstuviera el pasado domingo "pero esta vez, dada la circunstancia de que se pudiera cerrar antes la mesa, acudí a votar". El sexto voto correspondía a un miembro de la mesa, por lo que su participación se daba por descontada una vez hubieran votado el resto.

Pero ya a esa hora se conocía que dos de los votantes del censo no iban a ejercer su derecho. Ni las llamadas telefónicas que algunos allegados efectuaron para pedirles fueran a emitir su voto, a una candidatura o en blanco, les hicieron mudar de parecer. La jornada se convirtió pues, a partir de ahí, en una espera baldía, pero obligada por la norma. Incluso se sabía entonces que uno de ellos se encontraba a esas horas en Narón pasando la jornada con su familia.

Así las cosas, miembros de la mesa y el propio secretario de la D.O., Ramón Huidobro, que supervisaba el proceso, tuvieron que armarse de paciencia para sobrellevar como pudieron la jornada electoral hasta el límite legal de las 17 horas. Lo mismo, personal de la Junta Electoral Central, expectantes durante toda la jornada en Santiago, así como apoderados y representantes de la Asociación Agraria de Galicia y de Agrupación Profesional de Viticultores Profesionales Rías Baixas. De esta última candidatura precisamente seguía la jornada su número uno, Juan Carlos Suárez Pérez, por cuanto suya era la vocalía que bailaba por cuestión de dos votos con Unión Agrarias.

Lo acaecido se presagiaba ya en parte toda vez que el sindicato Unións Agrarias había renunciado a participar en el acto. Unos comicios que aún pueden colear lo suyo toda vez que interpuso un contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Xustiza pidiendo la nulidad del proceso y la repetición de elecciones en todo en censo A-2. Su secretario general Manuel Ángel Dopazo lo explica: "No parece democrático que se repitan las elecciones en un mesa cuando se conocen los resultados".