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José Luis Sanz: "Siempre he compensado el estrés con el contrapunto y fuga de la música"

El promotor del Coro Liceo recibe esta noche un homenaje a su trayectoria

El músico vilagarciano José Luis Sanz. // I. Abella

Aunque es ingeniero industrial de profesión, José Luis Sanz ha dedicado toda su vida a la música, una de sus mayores pasiones y a la que ha dedicado exactamente 56 años de su vida, una afición que trae en los genes , pues tanto su padre como su madre tuvieron siempre vinculación con la música. De su padre, guitarrista, aprendió sobre todo a amar la música, como no podía ser de otra manera.

Puede presumir, aunque prefiere no hacerlo, de haber tocado en muchos lugares y con muchos grupos, e incluso de haber sido junto a Eligio Vila, uno de los promotores del actual Auditorio de Vilagarcía, pero también de haber hecho cientos de amigos que hoy se reúnen para homenajearlo por su trayectoria.

-¿Qué fue lo primero que pensó al descubrir el homenaje que le han preparado sus compañeros?

-Fue una sorpresa que no me esperaba en absoluto, no creo que haya hecho nada extraordinario. De hecho no había leído la prensa y me enteré por medio de la concejala Sonia Outón, en una reunión. En realidad creo que lo importante no son las personas, sino los entes que ellas conforman, que son los que van a perdurar en el tiempo.

-¿Qué significa la música para usted? ¿Qué papel ha ocupado en su vida?

-Pues para mi la música ha sido mi válvula de escape. Fui ingeniero industrial de profesión hasta jubilarme, una actividad con la que he disfrutado mucho, y en la que me he encontrado muy a gusto, pero también una profesión muy estresante, y ese estrés lo compensaba con el contrapunto y fuga de la música. Me evadía con ella, así que el equilibrio en mi vida me lo ha dado la música.

-¿Cómo llega una persona, de manera completamente autodidacta, a tener una trayectoria tan importante como la suya?

-Pues de varias maneras, pero fundamentalmente se podría decir que por genética, de ver a mi padre tocar la guitarra y escuchar música clásica y zarzuelas. Tengo todos los vinilos de zarzuelas del maestro Andrés Segovia. En aquella época no había conservatorios ni escuelas aquí en donde estudiar, y tampoco medios. Adquirí unos conocimientos previos de solfeo gracias a mi amigo Alfonso Lafuente y el resto fue prestando atención y poniendo el oído. Siempre que escuchaba música no me quedaba con la melodía, atendía a las notas de los instrumentos, y ese interés por las armonías también me ha valido para ser arreglista hoy en día. Toco además casi todos los instrumentos de cuerda: el timbre canario, el banjo, el charango argentino... por poner algún ejemplo.

-Ha estado a lo largo de los años en múltiples formaciones además de en el coro Liceo, del que es fundador. ¿Qué puede contar de todas esas experiencias?

-Si, he estado en muchos lugares, en varios grupos y además he conocido a un montón de gente maravillosa. Mi primera actuación fue con 14 años, con María Anselma Salgueiro, quien años más tarde se integraría en el Coro Liceo y con Juan Luis Patiño, otro gran amigo. Fue en el Teatro Popular Español, un teatro desmontable, ambulante podríamos decir que se instalaba en la Alameda, al lado del mar. Después estuve en Los relámpagos del Ritmo con Margarita Gómez y Eduardo Campos, que por cierto creo que van a venir esta noche. También toqué en Los Ibéricos, donde también hice grandes amistades.

-¿Alguna anécdota que se pueda contar?

-Hay muchas desde luego, pero hay una que me ha quedado grabada en la retina. Al acabar la carrera de ingeniería, tuve que ir a hacer la mili a Cádiz. Un día entré en una misa, donde varios chicos tocaban la guitarra y decidí apuntarme, el siguiente paso fue acabar dirigiendo el coro. Con varios amigos de la mili formé un grupo y actuábamos en el Club Naval de San Fernando. Tuvimos éxito, y todas las tardes tocábamos en la casa del almirante y en otras casas de altos mandos que querían que les amenizáramos las meriendas. E incluso nos animaron a que grabáramos un disco, pero al terminar el servicio militar cada uno marchó a su casa, y ahí se quedó el tema.

-Además de fundar el Liceo Casino, ha sido también por decirlo de alguna manera el promotor del actual Auditorio de Vilagarcía.

-Si, fundé con Eligio Vila el Liceo Casino en el año 1978 o 1979 si no recuerdo mal, y fue con Pepe Álvarez con el que luché por la construcción del Auditorio, nos pusimos a recoger firmas y nos reunimos con diversos colectivos ya que en Vilagarcía hay mucha inquietud cultural. Juntos pusimos la primera piedra del Auditorio en el que esta noche me reencontraré con muchos amigos.

-Ahora que está jubilado se dedicará a la música a tiempo completo, ¿no?

-Le dedico mucho tiempo, pero tampoco me he desvinculado del todo de mi profesión, porque mis dos hijos han seguido mis pasos como ingenieros y muchas veces tengo que asesorarlos, cosa que me gusta y hago encantado.

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