El Museo del Tren de Vilagarcía, un edificio protegido y rehabilitado de color azul claro con frente a la avenida Rosalía de Castro, fue en el año 1873 la estación de Carril y tuvo el honor de convertirse en el punto de destino del primer tren que circuló en Galicia procedente de Cornes, cerca de Santiago de Compostela. Pero desde hace años solo ve pasar los trenes de largo. Quedó totalmente inactiva tras el auge de la estación de Vilagarcía de Arousa y el edificio fue recuperado décadas después por el Concello para dedicarlo a centro de información sobre la historia ferroviaria local. Varios colectivos sueñan con verla en funcionamiento nuevamente, como una de las paradas del reivindicado tren de cercanías, destinado a facilitar la comunicación interna entre los pueblos.

El tren de cercanías es reivindicado por los miembros de la asociación de amigos del ferrocarril y también por la plataforma Salva o Tren, quienes proponen que las vías y las paradas que quedaron en desuso como consecuencia de la implantación del Eje Atlántico de Alta Velocidad Ferroviaria, sean aprovechadas para la implantación de un nuevo sistema de transporte en la comunidad autónoma, el tren de cercanías. Argumentan que este servicio es necesario para numerosas poblaciones del entorno del Eje Atlántico que quedaron ahora sin servicio y también incrementaría las frecuencias para otras estaciones que lograron permanecer activas gracias a la continuidad de los convoyes regionales, como el caso de las estaciones de Catoira y Pontecesures.

El tren de cercanías es, de momento, una alternativa que estudia la Xunta de Galicia pero que aún no se ha puesto en marcha, para disgusto de los colectivos defensores del ferrocarril.

En cuanto al Museo del Tren de Vilagarcía, el inmueble atesora en sus vitrinas maquetas y referencias históricas sobre la primera línea férrea gallega y su vinculación con esta ciudad. Equipos interactivos, y hasta una sala de proyecciones donde el visitante puede ver un vídeo sobre el primer viaje sobre las vías de hierro, completan la oferta de este museo que es prácticamente desconocido para vilagarcianos y turistas.