La Consellería do Mar explicó ayer en sede parlamentaria las inversiones realizadas en los últimos años para adaptar el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) y el Centro de Investigaciones Marinas (CIMA) "con el objetivo de mantener a Galicia como referente mundial en la aplicación del método químico de análisis de las toxinas lipofílicas y para adelantarse en el control de las toxinas emergentes".

La directora del Intecmar, Covadonga Salgado, se encargó de intervenir en la Comisión 8ª para, en respuesta a una pregunta sobre este asunto, explicar que la acción investigadora llevada a cabo en la actualidad con una inversión de más de 153.000 euros tiene un plazo de ejecución de tres años.

En relación con el método químico de análisis de las lipofílicas detalló que los centros citados, dependientes de la Consellería, "están trabajando en diferentes aspectos para avanzar en el funcionamiento de las equipaciones utilizadas para la realización de las analíticas, denominados espectómetros de masas".

Salgado abundó en que el Intecmar "fue el primer centro de control en acreditar en España este método, por lo que somos referencia mundial en su empleo".

En cuanto al método químico previsto para la determinación de toxinas de tipo paralizante, impuesto por la Unión Europea como relevo del bioensayo, Salgado manifestó que "en el marco de la investigación se están analizando diferentes aspectos para optimizar el trabajo con este método y conseguir una reducción en los costes de los análisis". Asimismo, puntualizó que la investigación incluye "la busca y desarrollo de técnicas para la determinación de las toxinas emergentes para las que no existen métodos analíticos oficiales".

También habló en sede parlamentaria sobre la extracción del relojito, y lo hizo para decir que "está en marcha y a punto de finalizar, luego de una prórroga de tres meses, una acción de investigación en la que participan personal de los centros CIMA e Intecmar, junto a tres equipos de las universidades de Vigo, Santiago y A Coruña".

Su objetivo es "ahondar en el conocimiento de la transferencia trófica del plomo acumulado en el reloj y testar la hipótesis de que este metal se encuentra en formas no asimilables y, por lo tanto, no supone un peligro para el consumidor".