Unos niños no dejan a otro participar en sus juegos; otros se pelean durante un recreo... En el día a día de un colegio hay muchas situaciones de conflicto leve entre alumnos que en ocasiones terminan en regañinas de los padres o los profesores. Pero en el centro Arealonga han decidido apostar por un nuevo modelo, y a partir de Semana Santa esos conflictos leves intentarán ser resueltos por los propios estudiantes.

El colegio ha creado un grupo de mediación, formado por 12 niños de entre 10 y 11 años, y que han recibido formación específica en mediación durante los últimos tres meses, en recreos y horas de lectura. Durante la mañana de ayer, antesala de las vacaciones de Semana Santa, recorrieron todas las aulas del centro para presentarse ante sus compañeros.

Su misión será la de intentar resolver los conflictos leves que puedan surgir en el día a día de la escuela -los graves serán canalizados directamente a la administración educativa oficial-. Actuarán por parejas, y siempre con la supervisión de otros profesores, que forman un equipo de seguimiento, coordinado por Concepción de las Fuentes.

Este grupo de mediación es el resultado de una inquietud nacida en el Arealonga hace ya tres años. La jefa de estudios, Carmen Gago, explica que en aquel curso se produjo un aluvión de pequeños problemas entre los estudiantes, de ahí que decidiese buscar alguna fórmula para mejorar la situación. Fue entonces cuando se puso en contacto con el instituto Castro Alobre, también de Vilagarcía, puesto que sabía que en este centro tenían en marcha un proyecto de mediación.

El Castro Alobre se ofreció a echarles una mano, y varios profesores del Arealonga empezaron a recibir formación en la materia. La propia Carmen Gago señala que "esto no ha salido de la noche para la mañana, si no que es el fruto de más de dos años de trabajo y formación". Apunta asimismo que si el proyecto sale bien, no solo se fomentará la resolución pacífica de problemas, sino que será una lección para los propios niños sobre el valor del diálogo.

Los estudiantes mediadores son voluntarios, y se ha buscado a personas capaces de ponerse en la piel de los demás y con habilidad para manejar sus propias emociones. La idea de la dirección del colegio de Arealonga, donde estudian algo más de 400 niños, es que este grupo tenga carácter permanente. Esto implica que el curso próximo se formará a otros alumnos -que ahora tienen nueve años-, puesto que los de 11 se irán al instituto.

En el proyecto han colaborado diversos profesores, e incluso padres de la asociación de alumnos, como una psicóloga.