Socios del Club de Golf La Toja contrarios a la adquisición por parte de la entidad de las viejas y casi ruinosas instalaciones del Beach Club, en la isla de A Toxa, temen que los trabajos de desbroce que se llevan a cabo sean el preludio de unas obras de rehabilitación que no comparten porque las consideran innecesarias.

Como ayer adelantó FARO, este proceso de eliminación de maleza pone fin a la penosa imagen que ofrecían las instalaciones, pero se ha constatado que no solo se retiran malas hierbas, sino que incluso se eliminaron los setos que tapaban la deteriorada fachada principal y el muro perimetral de la instalación.

Es esto lo que lleva a algunos socios de Golf La Toja a sospechar que la compra del Beach Club pudo haberse ejecutado y que las obras están próximas.

Hay que recordar que Fernando Lafuente y otros miembros de la entidad mostraron públicamente hace semanas su malestar diciendo que no entienden la necesidad de adquirir una piscina cuando ellos solo pretenden practicar el golf.

Además alertaban de que la decisión de comprar el Beach Club se tomó "con un 20% de los socios presentes y un 30% de representados, en su mayoría por la directiva; un escaso quorum para una decisión tan importante".

De este modo se oponían a la operación y alegaban que "las formas por las que se ha regido la directiva no son lo elegantes que deberían ser, lo que provoca un gran malestar al considerar que se trata de una iniciativa caprichosa que solo puede acarrear graves problemas económicos a la entidad".