Los comuneros de la parroquia vilagarciana de Cea han vuelto a sufrir un importante revés en sus proyectos de explotación del monte como consecuencia de la acción de una bolsa de agua que arrastró piedras, vegetación y tierra hacia tres pistas comunales, que quedaron soterradas e intransitables. El nuevo desastre se suma al que provocaron los incendios forestales de agosto en el que este colectivo perdió más de 500.000 euros invertidos en las plantaciones durante diez años.

El desplazamiento de tierras en el monte comunal fue descubrieron por los directivos de la asociación hace unos días cuando se dispusieron a realizar una visita de revisión de su territorio. La sorpresa fue mayúscula porque lo primero que se encontraron fueron pistas cortadas al tráfico rodado cubiertas de piedras, vegetación y tierra.

A pesar de tratarse de caminos comunales son muy transitados ya que, además de los vecinos de la parroquia, los utilizan muchos deportistas que aprovechan el fin de semana para la realización de rutas de senderismo a pie o en bicicleta.

Se trata de una zona frecuentada ya que también comunica con el embalse de Castroagudín y el Centro de Hidrobiología de O Con, perteneciente que gestiona la Universidad de Santiago de Compostela.

Los directivos de la comunidad de montes desconocen el origen de la bolsa de agua que causó este nuevo desastre natural, aunque temen que esté relacionada con los incendios forestales del pasado verano. La entidad ya se encargó de sanear el monte quemado, pero aún quedan algunos restos de las cenizas que no se han podido eliminar y que forman una película sobre el suelo que impide la normal filtración del agua. Las fuertes lluvias que cayeron en las últimas semanas pudieron provocar esa bolsa de agua que bajó por el monte arrasando con todo lo que encontraba a su paso.

Al otro lado de la zona afectada está la explotación de una cantera que para algunos también podría tener incidencia en el derrumbe del terreno sobre las tres pistas forestales.

Los comuneros no tienen maquinaria adecuada para la realización de una obra de las características que requiere la retirada de los escombros sobre los viales y la recuperación de las zonas de monte afectadas por el derrumbe, por lo que solicitaron la colaboración del Concello de Vilagarcía. En concreto, pidieron la posibilidad de que personal de Obras con la pala excavadora pueda subir al monte y colaborar en la restitución de la zona dañada.

Otro de los asuntos que preocupan a los comuneros se refiere al pago de las subvenciones para prevención de incendios forestales concedidas por la Xunta el año pasado. Les autorizaron una partida de 25.000 euros que suelen cobrar antes de finalizar el año, pero aún no recibieron el ingreso.

Lo curioso es que ya salió la nueva línea de ayudas correspondiente al presupuesto de este año, en la que están trabajando los comuneros con el fin de recuperar las plantaciones en las zonas afectadas por los incendios del pasado verano.