Hace más de dos años el Hostal Nogal, ubicado en la arteria comercial de Vilagarcía (Rey Daviña), añadió a las tradicionales formas de pago (efectivo o tarjeta de crédito) la posibilidad de utilizar bitcoins, ya fuese para pagar una caña, un café o una habitación. Pero pese a las ventajas que defiende a ultranza el gerente del establecimiento, Luis Oliveira, esta controvertida moneda virtual no ha calado entre la población arousana, pues su uso se limita a los turistas. "Aquí los utilizan la gente que viene de fuera y poco más", admite el hostelero.
No obstante, él no tira la toalla. Asegura que ofrecer el pago con bitcoins no le supone ningún gasto, simplemente tener una aplicación en su smartphone o tablet que lea códigos QR. "El TPV sí que me cuesta dinero, y las tarjetas al cliente también", compara Oliveira.
Atribuye el fracaso de esta moneda electrónica en Arousa a que "todavía sigue siendo un poco difícil de acceder a ella si no te mueves mucho por internet" y a la ausencia de cajeros en los que poder canjearla por dinero físico. "En Madrid y Barcelona ya existen. Además en la calle Salamanca todas las tiendas admiten el pago con bitcoins", ejemplifica.
El escepticismo en el que nació envuelto esta moneda electrónica parece que todavía sigue vigente en Arousa. En este sentido, el propietario del Nogal sostiene que "solo salen las malas noticias" y que "hay gente que no se acaba de fiar". Pero él defiende la fiabilidad de la moneda porque "los timos que puedan producirse son los mismos que con cualquier otra moneda". "¿O acaso no existen billetes falsos?", se pregunta el vilagarciano, que añade que en el tiempo que lleva manejando esta moneda virtual nunca ha tenido problemas.
Los bitcoins no pertenecen a ningún Estado ni banco y se pueden usar en todo el mundo. "No hay intermediarios. No pagas intereses y las compras te pueden salir más baratas. Las grandes empresas ya no dan dinero a sus directivos y viajantes, sino bitcoins. En Galicia, un taxista de Lugo lleva tiempo utilizándolos", expone Oliveira.
La tarjeta de crédito
El dueño del Nogal cree que "con el bitcoin va a pasar lo mismo que en su día sucedió con la tarjeta de crédito". "Nuestros bisabuelos no conocían las tarjetas, la posibilidad de pagar con plástico, y sin embargo hoy en día cada vez vemos menos dinero en metálico. Ahora puedes pagar casi todo con el teléfono. Ahí está el futuro, en el teléfono, y si no, al tiempo", considera Luis Oliveira, muy crítico con las condiciones de los bancos: "Para pagar un recibo tienes que ir a la sucursal antes de las diez de la mañana, hacer una transferencia tiene un coste, te cobran por todo", concluye.
