El pasado verano la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Santiago de Compostela convocó el concurso de relatos cortos que en su undécima edición tuvo como vencedora a la cambadesa María González Blanco. Un premio que no es más que la confirmación a una capacidad narrativa muy destacada que ya cuenta a sus espaldas con piezas también reconocidas como "Ad libitum" o "Cadencia perfecta".

-Enhorabuena por el galardón.

-Muchas gracias. Fue una grata sorpresa porque nunca te esperas algo así. No iba nada convencida de poder ganar, pero cuando me lo comunicaron me hizo mucha ilusión.

-¿Qué ha querido contar en "El secreto de Moira"?

-Trata una historia de ficción entre dos personajes protagonistas, un hombre y una mujer. Él no recuerda parte de su vida ni siquiera su nombre. Un día sale a pasear y ella es la mujer en que repara y poco a poco el hombre se da cuenta que había tenido una relación previa con ella.

-¿Por qué firma la obra con el pseudónimo de "Scientia"?

-Por algo relacionado con una temática que aborda el relato en la que se habla de los corazones en tres dimensiones.

-¿A la hora de elegir el título que le ha movido?

-Moira es el nombre de la mujer protagonista. Mi abuelo, que era marinero, siempre me decía que moira significa la salazón en la que se conservan las sardinas. En la mitología griega Moira hace referencia a aquellas personas que controlan el destino de la vida de la gente y me decidí por ese título.

-El jurado habla de su obra como "apuesta narrativa arriesgada y bien resuelta". ¿Lo comparte?

-Sí, precisamente la resolución fue uno de los problemas que tuve. Me puse a escribirla e incluso paré durante un tiempo porque no sabía como resolverla. Luego me inspiré, me vino una idea a la cabeza y quedó bien el final.

-Parece ser que en la trama hace un recorrido de su propia vida.

-Eso me dice alguna gente que me conoce y que leyó el relato. Considero que hay una mezcla entre las propias experiencias y la ficción.

-¿Cuánto tiempo ha dedicado a escribir esta obra?

-Me enteré de la convocatoria con un correo electrónico. La convocatoria me llegó en julio, pero yo empecé un poco más tarde, incluso pudo entregar el relato solo dos días antes del cierre del plazo el pasado 15 de octubre. Allá me puse una noche y empecé a escribir. También tuve parones porque sé que mi concentración tiene que estar en la tesis para el doctorado, pero luego la retomé y fue todo bastante rápido.

-¿Desde cuando le viene su afición a la escritura?

-Cuando estudiaba en el instituto Cabanillas ya la tenía. Me gustaba escribir, pero finalmente me decanté más por la música. Estudié en el conservatorio y llegué al grado profesional en percusión. La verdad es que escribir me gusta mucho, pero necesitas espacio y tiempo. De momento es un hobby y cuando se me viene a la cabeza una historia interesante la escribo.

-Como buena escritora que es será también una ávida lectora.

-Suelo leer mucho, pero en este momento todo lo que llega a mis manos son temas relacionados con mi tesis sobre la juventud gallega en Europa desde una vertiente educativa y vinculada al empleo. Tengo la mesa llena de artículos, libros de proyectos de investigación. Leo pero en estos tiempos de una temática muy concreta. Me queda un año más y quiero terminar los estudios.

-A sus treinta años es diplomada en Educación Musical, licenciada en Pedagogía y tiene un máster en investigación en educación, ¿pero le gustaría dedicarse en un futuro profesionalmente a la escritura?

-Es algo que no descartaría nunca. Me gusta mucho relatar y contar historias y la posibilidad de escribir siempre la voy a tener a mano. Siempre tengo la cabeza llena de ideas, pero luego hay que plasmarlas en un papel. Quizá dentro de unos meses me anime a escribir más y ya veremos qué pasa.