El árbol de Navidad colocado por la asociación de padres de alumnos del colegio Antonio Magariños a las puertas del centro ha agravado la herida que existe desde hace un tiempo en la comunidad educativa de este centro, uno de los más antiguos de la comarca. El árbol es la punta del iceberg de unos desencuentros que, según fuentes consultadas, se iniciaron a principios de este curso con la renovación de la directiva de la asociación de padres.

Isabel Martínez fue la presidenta de la ANPA del Antonio Magariños durante los últimos años, pero ahora ya no tiene hijos en el centro, por lo que dejó el puesto, y pasó a ocuparlo Ramiro González. Pero según algunos padres, su designación no se produjo mediante los cauces habituales de convocar una asamblea general y dar la posibilidad a cualquier padre de presentarse al cargo, de ahí que algunas familias optasen este curso por no pagar la cuota de la asociación.

Pero el divorcio sería también entre la ANPA y la dirección del colegio. Al parecer, los padres hicieron varias propuestas de actividades para el Samaín o para anticipar los actos del 50 aniversario del colegio -que se cumple en 2017-, pero se encontraron siempre con el no por respuesta.

Así las cosas, el ambiente está muy enrarecido en uno de los principales colegios de Cambados, hasta el extremo de que un grupo de padres acudió recientemente a Pontevedra para hablar con los responsables de la federación de Anpas. "A mí me gustaría ver los estatutos para comprobar que el traspaso de la directiva se ha hecho bien", afirma una madre que es representante en el consejo escolar.

FARO intentó ayer contactar en varias ocasiones con Ramiro González, pero tenía el teléfono apagado. Desde el centro, por su parte, ya han avanzado que no quieren realizar declaraciones públicas.

El árbol de Navidad

Tras más de una desavenencia en los últimos meses -que algunos padres intentan ocultar a preguntas de FARO para dar la impresión de normalidad-, la polémica se ha hecho pública finalmente esta semana con la colocación de un gran árbol de Navidad pagado por la asociación de padres frente a la fachada del colegio.

Fuentes consultadas afirman que la tradición en el Magariños era la de colocar un árbol, pero que se encargaba de ello el propio colegio. No obstante, este curso la ANPA compró uno y le pidió permiso a la dirección de la escuela para colocarlo en el patio.

Pero el colegio se lo denegó, supuestamente porque temían que al ser tan grande y estar los niños alrededor jugando pudiesen tirarlo accidentalmente y que se hiciese daño alguno. Se apuntó entonces como posibilidad instalarlo junto a la cristalera, pero dentro del colegio, pero por una razón u otra esta posibilidad tampoco cuajó, y la ANPA terminó colocando el adorno en la calle. ¿Y quién le facilitó la corriente eléctrica?

Desde fuentes próximas a la directiva de los padres, fueron ellos quienes llamaron al Concello, y la luz procede de un "enganche" del alumbrado público; los más críticos con el equipo de Ramiro González sostienen sin embargo que el "enganche" sí lo hizo un operario municipal, pero que fue el mismo director del colegio quien llamó al Ayuntamiento pidiendo que mandasen a un operario precisamente para calmar las aguas.

Sea como fuere, el árbol se adornó el día de la Constitución. Para la ANPA fue casi un acto de reivindicación contra los presuntos oídos sordos que la dirección del colegio hace a sus ideas; para otros padres, la directiva de la ANPA solo convocó por WhatsApp a los socios de la entidad, lo cual les parece un detalle muy feo. "En el consejo escolar se acordó que el árbol sería para todos los niños del colegio, con independencia de quien lo pagase, y que todos podrían ir a decorarlo. Me parece muy fuerte que hagan esa discriminación con los niños. ¿Cómo se le explica a un niño que no puede ayudar a decorar el árbol de Navidad del colegio porque no está en la ANPA?", remacha la madre del consejo escolar.

La directiva de la asociación de padres, por su parte, sostiene a través de las redes sociales que tiene muchas propuestas para el centro: desde la organización de charlas de mujeres emprendedores o de simulacros de incendios, hasta pintar juegos tradicionales gallegos en el patio o ayudar a festejar el Entroido o el San Valentín. El lunes se reúne otra vez el consejo escolar.