Tal y como se comprometió en la última asamblea, el presidente del Liceo Casino de Vilagarcía, Antonio Castro, acaba de convocar una reunión de carácter extraordinario para presentar un paquete de medidas "difíciles" con el que mantener la sociedad a flote, pues conservar los gastos actuales de la sociedad con una masa social que se ha visto mermada hasta las 300 personas es una misión imposible.

La asamblea se celebrará el próximo miércoles 18 de enero a las 20.00 horas en primera convocatoria y 20.30 en segunda. La directiva ha decidido cambiar el día de la semana en el que habitualmente se celebran las reuniones -viernes- para probar si con el cambio se incrementa la asistencia, pues la última asamblea (el pasado mes de agosto) despertó tan poco interés que no llegó a congregar ni a una veintena de socios.

Aunque en un principio estaba previsto que la asamblea se celebrase en diciembre, Antonio Castro decidió posponerla a enero para que pueda acudir toda la directiva.

Si bien el presidente prefiere no desvelar las medidas concretas que recogerá el plan de recortes porque antes quiere comunicarlas en persona a los socios para que sean los primeros en conocerlas, avanza que "a lo mejor hay que eliminar alguna actividad", siempre manteniendo "las clásicas" del Liceo, garantiza.

En varias ocasiones se habló del importante desembolso que le supone al Liceo el mantenimiento de su sede de la calle Castelao, así como de la idea de sacarle algún tipo de rendimiento económico. Y es que el inmueble está pensado para albergar una masa social mucho más amplia que la actual (la entidad llegó a tener 2.200 asociados). La pérdida es tan vertiginosa que en solo un periodo de dos años los socios se han reducido a la mitad, pasando de 600 a apenas 300.

En estas condiciones, Antonio Castro lamenta que la sociedad vuelva a terminar un año más en números rojos. Recuerda que hace cuatro años, cuando él tomó posesión como presidente, las cuentas arrojaban unos 100.000 euros en negativo. Después se equilibraron y en 2015 volvieron a registrar déficit. "Este año vamos a volver a tenerlo seguro", asevera.

Ante esta situación, el presidente considera que la única salida para que el Liceo pueda seguir sobreviviendo es la aplicación de medidas encaminadas a reducir gastos. De ahí que haya convocado una asamblea extraordinaria para exponérselas a los socios. "No tenemos una varita mágica", apostilla.

No es la primera vez que Castro reúne a los socios para tomar medidas económicas. Y es que aparte de la progresiva caída de socios, el frustrado puerto deportivo y las sentencias judiciales tienen desde hace tiempo al Liceo con la soga al cuello.

Lejos quedan aquellos proyectos faraónicos como el del complejo deportivo y de ocio de A Comboa que Antonio Castro presentó al inicio de su mandato, pues ahora el principal cometido de la directiva es evitar la desaparición de una longeva sociedad que en su día fue todo un referente en Vilagarcía pero que en los últimos años ha ido languideciendo, con una masa social muy envejecida y sin visos de encontrar relevo generacional. "Hay que cambiar el esquema, la organización", aboga Castro.

De hecho rejuvenecer la sociedad es uno de los principales retos que se marcó desde sus comienzos como presidente, pero esa espina sigue estando ahí clavada.