Ayer comenzaban en la ría campañas extractivas como las de volandeira y erizo de mar, entre otras. Esta se antoja una de las causas por las que se produjo una brusca reducción de participantes en el libre marisqueo. Y es que muchos marineros creen que si esta actividad no resulta todo lo rentable que desean es mejor cambiar de arte y dedicarse a otra cosa. A modo de ejemplo el 27 de octubre -cuarta semana de campaña- acudieron a las zonas comunes de la ría 741 embarcaciones, mientras que ayer fueron 525 las despachadas para asistir a esas mismas áreas de trabajo, es decir, 216 naves menos así de golpe.

En O Bohído el jueves pasado trabajaron 317 barcos y ayer fueron 275; en Os Lombos, que es donde menos se nota el bajón, pasaron de 180 a 178; Cabío pasó de 160 a 130 y las demás zonas bajaron de 84 naves a 41.