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Unos 300 comensales disfrutan de la Festa da Colleita de Castrelo

La sexta edición conmemora el fin de la vendimia -Los agricultores estiman que la producción era de calidad aunque cayó en un 20%

Espectacular fabada de la Festa da Colleita. // Iñaki Abella

Unos 300 comensales dieron buena cuenta de las raciones de fabada y jamón asado que se sirvió en los locales de la sociedad vecinal y cultural de Santa Cruz de Castrelo (Cambados) donde se celebró la sexta "Festa da Colleita".

El fin de la vendimia ha sido la excusa perfecta para reunir a los socios de esta entidad que casi todos los meses del año tienen una cita gastronómica y ya prepara la del Viño Novo, del próximo 20 de noviembre.

Manuel Cacabelos, presidente de la entidad vecinal, subraya que este tipo de encuentros son muy positivos porque permiten el intercambio de conocimientos y experiencias entre los vecinos.

"La uva de este año ha sido de mucha calidad pero la pulga de mayo redujo la cantidad en un 20% si hablamos de uva albariña y de un 30% de tinto Barrantes", indica. El vino es el principal recurso agrario de Castrelo "porque hace ya muchos años que apenas se cultiva algo de maíz salvo para alimentar las gallinas". De frutales ni se habla en el lugar "porque nunca hubo plantaciones de ese tipo", subraya.

Con todo considera Cacabelos que sigue habiendo argumentos para la celebración de esta Festa da Colleita, abierta al público en general. "Somos más de 900 socios de las cuatro provincias de Galicia los que cada mes nos reunimos en estas instalaciones que adquirimos en 2010. Hoy mismo hay gente que llegó desde Ferrol o de Tui, por poner los puntos más distantes", explica el presidente de la sociedad vecinal.

El motivo es eminentemente gastronómico pero los asistentes tienen garantizada la diversión "hasta que se marche el último cristiano", explica Cacabelos.

Y es que la fiesta está organizada para todos los públicos. El recinto cerrado contaba con hinchables para los niños y un escenario para que el grupo contratado animase el baile que iba a prolongarse hasta últimas horas, casi al anochecer.

El ambiente comenzó a verse a las dos de la tarde cuando decenas de personas se agolpaban delante de la barra del bar para degustar el primer vermú y la música empezaba a sonar en el recinto cerrado con lonas para protegerse del viento y de la lluvia.

Los socios se mostraban encantados con esta iniciativa, aunque algunos reconocieron que tras la fiesta de Castrelo tenían previsto desplazarse a Vilanova donde se cerró la Oktoberfest.

"Seguro que la orquesta Panorama le va a dar un ambientazo en este último día", asegura uno de los asiduos. La Oktoberfest se organiza en homenaje a la gastronomía y cervezas alemanas, un país que ha acogido a numerosos emigrantes gallegos y de la localidad, sobre todo, en Cuxhaven.

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