Una treintena de remiendos asfálticos pueden contarse a lo largo de la calle Vilaboa de Sobradelo. Son las cicatrices que dejan las constantes averías del suministro de agua que se registran desde hace varios años.

Los vecinos consideran "raro" que no haya una avería cada quince días, "incluso cada menos tiempo", aseguran.

Las pruebas son evidentes. Los parches de asfalto salpican la calle y trazan con meridiana exactitud por donde va la conducción de agua que se instaló hace muchos años.

Nadie en el lugar recuerda cuando se instaló pero si han comprobado en numerosas ocasiones que el tubo es de "una especie de cemento que se pulveriza solo con tocarlo".

Creen que después de tantos fallos en la conducción del agua es el momento de instalar una nueva red con tubos de PVC, más resistentes.

"Se ahorraría mucho dinero, disgustos y trabajo de los operarios que tienen que acudir a cualquier hora del día o de la noche a resolver este tipo de incidencias", recomiendan.

Los vecinos se han habituado tanto que ya ni siquiera se indignan con la situación, pero aprovechan el momento para recordar al Ayuntamiento que Sobradelo también necesita atenciones.

De ahí que no pasen por alto que la concurrida fuente de Vilaboa se encuentra en un estado de abandono lamentable y que el lavadero que está enfrente también precise alguna actuación de mantenimiento para poner en valor estos antiguos elementos.