El punto álgido de las fiestas de Guadalupe volvió a resultar tan emotivo como siempre, aunque quizás con menos público que en ediciones anteriores. La Policía Local de Rianxo cifra en unas 25.000 personas la asistencia a la noche más larga de los festejos, la misma en la que se apagan las luces y el público entona la popular canción de A Rianxeira bajo la luz de las bengalas.

Hay infinidad de testimonios en las redes sociales que hablan del espectáculo vivido en Rianxo en la madrugada de ayer, como también se relata lo emocionante que resultó escuchar el "ondiñas veñen e van" coreado por el público y las tres orquestas participantes en la maratoniana gala, ya que la verbena finalizó a las ocho y media de la mañana.

Pero si importante fue la afluencia de público a esta última jornada de la fiesta de Guadalupe en el municipio arousano de Rianxo, no menos llamativa resultó la ausencia de incidentes.

Antonio Tubío Piñeiro, el jefe de la Policía Local, considera que el dispositivo de seguridad resultó un éxito. Y puede que no le falte razón, ya que a pesar de reunirse esas 25.000 personas en la villa de Castelao -la población de todo el ayuntamiento es de apenas 12.000-, el balance de la noche habla de incidencias menores.

Como ejemplo puede citarse el caso de unos jóvenes a los que fue preciso llamar la atención porque estaban debajo del palco de una de las orquestas golpeando el material de la misma, o las heridas sufridas por dos personas que cayeron por una escalera cuando se dirigían a un baño. "Pero no se produjeron sucesos relevantes, al menos hasta las ocho y media de la mañana", explica el jefe de la Policía Local de Rianxo

Casi un centenar de personas, entre policías, agentes de la Guardia Civil, Protección Civil, médicos y bomberos velaron por la seguridad de los ciudadanos presentes en esta última jornada de fiestas, a la que como es habitual acudieron numerosos vecinos de O Salnés y Ullán, entre otros puntos de la provincia de Pontevedra.