Todas las previsiones del Concello y de las agrupaciones que participaron en la Noite de Meigas resultaron escasas para saciar a los vecinos y visitantes de Vilagarcía que hicieron largas colas para degustar algunos de los manjares que se servían en los puestos. La comida se agotó rápidamente en todos los puestos. Algunos, como el caso de los integrantes de la agrupación Xeada, fueron previsores y, después de acabar con las existencias de paella y las raciones de mejillón, así como las rosquillas que les habían correspondido, pusieron a disposición de los insaciables comensales un riquísimo bizcocho de limón que acompañó muy bien la tacita de queimada.

Además de comida hubo puestos de venta de variados artículos sobre "meigas".