Manuel Álvarez Garrido es presidente de la asociación que agrupa a las empresas de barcos de pasaje existentes en O Grove, además de ser el gerente de la más veterana de todas ellas, Cruceros Rías Baixas.

-El sábado se registró un terrible accidente. ¿Cree que la muerte de un pasajero puede empañar la trayectoria de los barcos de pasaje mecos?

-Confío en que no. Hay que tener en cuenta que si bien no todas las empresas de cruceros tenemos la misma antigüedad, las hay con tres décadas de experiencia y casi ninguna tiene menos de dos. Cuando sucede un accidente así todos nos lamentamos y lo sentimos, pero no cabe duda de que el porcentaje de siniestralidad es insignificante. Estamos hablando de entre 80.000 y 90.000 personas que suben a nuestros barcos a lo largo del año a título individual. Y a esto hay que sumar los grupos organizados, por lo que estamos hablando tranquilamente de unos 350.000 o 400.000 pasajeros en cada ejercicio. Si esto se multiplica por treinta años de actividad la conclusión es que se trata de millones de personas que navegaron en nuestros barcos sin que ocurriera desgracia alguna. Repito que un solo muerto ya es demasiado, pero el porcentaje es bajo.

-Lo cierto es que no es habitual que se produzcan accidentes realmente graves, quizás solo una caída en el pantalán, un tropezón a bordo o cosas así...

-En Cruceros Rías Baixas, que somos la empresa más antigua de aquí, puedo decir que en 34 años no tuvimos ni siquiera un hombre al agua; ni siquiera cuando se hacen embarques a veces tan complicados como los de Ons. Que nadie se nos cayera al mar en este tiempo es una satisfacción absoluta y un orgullo. Lo cierto es que las empresas aseguradoras están encantadas porque cobran un año tras otro y nunca tuvieron que pagar indemnizaciones, salvo alguna chorrada. En esta ocasión ocurrió una auténtica desgracia y se murió una persona, pero ya no hay vuelta atrás.

-Es decir, que puede concluirse que los cruceros turísticos son seguros.

-Está claro que la seguridad absoluta no existe nunca, aunque siempre debemos aspirar a conseguirla. No sé cual es la estadística del medio de transporte más seguro, pero estoy plenamente convencido de que nosotros estamos entre los mejores. Dicho de otro modo, muere más gente en la ducha que en nuestros barcos de pasaje.