El abandono de buena parte del rico patrimonio religioso en el rural de Galicia tiene fiel reflejo en la casa rectoral de la parroquia de Bamio, en Vilagarcía. El inmueble barroco del siglo XVIII lleva tres décadas sin uso -empleada solo esporádicamente para catequesis-, lo que ha acentuado su degradación y deficiencias estructurales, una situación que se verá revertida en un plazo de año y medio de la mano del empresario vilagarciano Juan Domínguez y la arquitecta Lydia Fernández. Ellos son los impulsores de un innovador proyecto de turismo gastronómico que dará una segunda vida a la antigua casa del cura y a sus exteriores, más de 3.800 metros cuadrados entre la edificación y la finca. Las obras de mejora ya comenzaron con la limpieza, en los últimos días, del tejado, si bien el grueso del proyecto se acometerá a mediados de 2017. Domínguez y Fernández están enfrascados ahora en sortear trámites al estar la rectoral catalogada por Patrimonio y erigirse en zona de protección de Costas.

El proyecto turístico impulsado por estos emprendedores vilagarcianos pretende complementar a los alojamientos que hay en la zona. Juan Domínguez lo define como un "multiespacio" con restaurante, zonas de venta y degustación de productos gourmet de la ría y de la comarca, espacios para exposiciones, exhibiciones de cocina, talleres formativos, excursiones de pesca y posterior cocinado del producto e incluso mercados artesanales. El abanico de posibilidades es tan amplio que incluso están abiertos a cobijar en sus instalaciones a otros emprendedores. "Quienes quieran vender algún tipo de producto a modo de prueba, en lugar de alquilar un local" y exponerse a riesgos, podrán "experimentar allí durante unos meses" para conocer la respuesta del mercado. En cuanto al restaurante, "buscamos algo diferente. La idea es ir rotando chefs e incluso dar oportunidades a jóvenes recién salidos de la Escuela de Hostelería". Todo lo que haya en el establecimiento estará en venta, desde los productos gastronómicos hasta "la vajilla, los cubiertos, copas, servilletas, lámparas y también sillas. Absolutamente todo", explican los promotores. Siguen la estela del éxito, tanto nacional como sobre todo internacional, de las "concept store".¡

El Arzobispado de Santiago de Compostela mantiene la propiedad del inmueble y la parcela y, además, no se desvincula totalmente de su uso, ya que se reserva un despacho para el cura de Bamio. Durante más de un año Juan Domínguez y Lydia Fernández negociaron con la Iglesia y alquiler a largo plazo, por veinte años, con las únicas obligaciones por parte del Arzobispado de respetar el proyecto previo que presentaron los promotores y que la rectoral esté restaurada en un margen de seis años.

El inmueble data del año 1769 y, aunque se construyó en varias fases, la fachada principal de la época barroca destaca por su valor artístico y arquitectónico. La pareja buscaba para su negocio un inmueble que tuviese valor por sí mismo y, tras visitar varias rectorales tanto en la comarca como en otras zonas de Galicia, se decantaron por la de Bamio porque "es la que más nos gustó. Es espectacular, tanto por su ubicación, cerca de Vilagarcía y al lado de una playa con bandera azul, como por su arquitectura. La inversión que tendrán que realizar para rehabilitar la edificación es elevada y la calculan entorno al medio millón de euros. "El Arzobispado debería promover más este tipo de alquileres. Es una pena que no lo haga porque hay muchas casas rectorales abandonadas y esta es una forma de recuperar el patrimonio", comenta el empresario Juan Domínguez.