El episodio tóxico que actualmente afecta a Galicia, y que según las diferentes previsiones no ha hecho más que empezar, castiga especialmente a la ría de Muros-Noia, donde están cerrados para la extracción sus cuatro polígonos bateeiros.

Muy distinta es la situación en Arousa, la ría más productiva del mundo y la que agrupa al mayor número de parques de cultivo flotantes, con 2.200 para un total de 3.300. En este caso solo hay un polígono cerrado, el Grove C2, lo cual quiere decir que hay otros 23 en los que sí es posible extraer producto, al menos de momento.

Según los resultados analíticos obtenidos por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), dependiente de la Consellería do Mar, los niveles de células tóxicas también obligan a mantener cerrados seis de los doce polígonos bateeiros existentes en la ría de Vigo, mientras que en la de Pontevedra hay cinco cerrados y tres abiertos.

En Ares-Betanzos hay un polígono operativo y otro con la actividad prohibida temporalmente, como lo está en el de Baiona.