La posibilidad de que el incendio del monte Xiabre haya sido provocado estaba ayer en boca de todos. "El fuego no se enciende solo", reflexiona Lucía Seco. Su yerno incide en esta idea y califica de "energúmenos" a los pirómanos. "Juegan con la vida y el porvenir de muchas personas", dice. La madrugada del martes fue para ellos de inquietud ante la posibilidad de que se reprodujese el incendio. "¡Cómo íbamos a dormir"!. Al ver los rescoldos era imposible descansar tranquilo", recuerda Manuel Miguéns, instantes después de recoger la manguera con la que hizo frente a las llamas. Utilizó también un motor de riego para "cuidar de lo mío mientras los demás cuidaban de lo suyo". Muchos en Castroagudín se acordaron en las últimas horas de la oleada de incendios del año 2006 y la comparaban con la situación vivida el lunes. "Una cosa es verlo desde fuera y decir ¡qué pena!, pero vivir la experiencia es muy diferente. El fuego avanzó muy rápido y contra él no se puede luchar, hay que tener mucho cuidado" ya que puede ser letal.