La ría de Arousa volvió a cubrirse de humo, esta vez a causa del fuego originado poco antes de las diez de la noche del domingo en la parroquia rianxeira de Leiro.

Las llamas, que finalmente calcinaron entre 30 y 35 hectáreas de bosque arbolado -sobre todo pinos- llegaron a amenazar a la población, que pasó la noche en vela tratando de colaborar con los equipos de extinción.

El fuego se acercó, y mucho, a las viviendas, los huertos -algunos dañados-, granjas y todo tipo de inmuebles, incluida la escuela unitaria de Leiro.

La situación quedó controlada pasadas las nueve de la mañana de ayer, después de que intervinieran en el operativo, según explica la Consellería do Medio Rural, un técnico, siete agentes forestales, 16 brigadas, ocho motobombas y dos palas encargadas de abrir los cortafuegos que, unidos a las pistas forestales que serpentean a lo largo y ancho del Monte da Pena resultaron cruciales para poder controlar la situación.

La intervención de los equipos policiales y de emergencias del municipio arousano de Rianxo -junto a otros efectivos llegados de municipios cercanos- también fue crucial, al igual que, como queda dicho, el papel de los vecinos, que salieron a la calle provistos de mangueras y ramas para intentar evitar que las llamas tomaran sus propiedades.

"Pasamos mucho miedo y pensamos que íbamos a perderlo todo", explicaba ayer una vecina de Leiro, la misma que de madrugada se mostraba plenamente convencida de que las llamas acabarían arrasándolo todo.

El fuego, visible desde cualquier punto de la ría de Arousa y que a punto estuvo de avanzar hacia la autovía de Barbanza -desde la que se veía muy cerca-, se desplazó rápidamente alimentado por la gran cantidad de maleza existente en el Monte da Pena, las altas temperaturas y el intenso viento.

La gran lengua de fuego que asustaba a cuantos el domingo por la noche regresaban a sus casas por la autovía barbanzana o la carretera comarcal Pontecesures-Vilagarcía no afectó finalmente a la vía de alta capacidad y fue finalmente conducida por el viento en dirección sur, hacia lugares como Abuín, aunque también en Rianxiño y O Barral los ciudadanos pasaron la madrugada a la puerta de sus casas ante el temor de verse afectados.

La desesperación aumentaba por momentos a medida que avanzaban las llamas, y como explicó FARO DE VIGO a través de su web en tiempo real, incluso fue preciso cortar la carretera provincial que discurre paralela al río Ulla desde el puente interprovincial Catoira-Rianxo, pues era preciso descargar sobre la calzada las grandes palas que accedieron a las pistas forestales para desde ellas trazar los cortafuegos, las cuales fueron transportadas hasta Abuín en camión.

Los vecinos de Leiro lamentaban con angustia los hechos y mostraban su indignación, al tiempo que aseguraban que el fuego había sido provocado intencionadamente; una opinión también compartida en las redes sociales, ya que la alarma generada por las visibles llamas hizo que rápidamente se corriera la noticia del suceso y se mostraran infinidad de imágenes del mismo.

Ayer por la mañana, con la situación ya controlada, la imagen del Monte da Pena era dantesca. Aún se veían columnas de humo y pequeñas llamas, pero los técnicos de Medio Rural aseguraron que ya no existía riesgo alguno y que incluso se había anulado la petición de apoyo aéreo, aunque finalmente sí participó un helicóptero. Se dio por extinguido a las 20 horas.