En clave de humor, aunque también con tintes dramáticos, Catoira se encomienda al pasado a los pies de las Torres de Oeste. El pasado que protagonizó el sacerdote de Isorna Faustino Rey Romero, uno de los fundadores del Ateneo do Ullán, germen de la Romería Vikinga. Don Fausto recibe, en forma de obra teatral, el homenaje de quien fue su compañero de andanzas en los tempranos años sesenta en el mismo escenario, el Castellum Honesti. El rianxeiro Xesús Santos firma el texto que desde el lunes y hasta el viernes se pone en escena a orillas del Ulla, testigo excepcional de las hazañas de ayer y de hoy. Se mete en la piel de Rey Romero, con el que vivió en primera persona algunos de los hechos que dan argumento a la obra, los sucedidos aquella noche de julio de 1962 en la que el sacerdote invitó a sus amigos rianxeiros a pasar la noche en las Torres, a expensas de los mosquitos y del frío.

Cerca de un centenar de catoirenses, con la colaboración este año de tres miembros del grupo "Airiños" de Rianxo, participan en una representación a caballo entre realidad y ficción y dirigida por Fátima Rey. La expedición capitaneada por Don Fausto cae rendida en la antigua fortaleza y, en sueños, deja volar su imaginación. Entran ahí en escena el Obispo Cresconio y las luchas entre normandos y el bando cristiano en defensa de los tesoros de Compostela en la época medieval. La ensoñación remata con el despertar de los rianxeiros en la celebración de la Romería Vikinga, con sus peculiaridades de antaño, las primeras familias que se animaban a comer en el recinto de las Torres, la tradicional queimada o las rivalidades entre poetas de los dos márgenes del río Ulla. Todo "en tono de comedia, salvo un pequeño momento dramático", apunta la directora, que destaca que la obra incluye muchas alusiones a familias y personajes de la época, como el grupo de gaitas "Os Areeiras", cuya música suena durante la representación.

Concierto de Milladoiro

Hoy no habrá teatro en las Torres. El protagonismo queda reservado para el grupo Milladoiro, que regresa a su tierra un cuarto de siglo después de su última actuación. Las codiciadas 442 entradas para ocupar las butacas del Auditorio se agotaron en poco más de una semana, una muestra de la expectación que generó en la villa el concierto del grupo folk por antonomasia de Galicia y embajador de la cultura gallega por todo el mundo. "Estamos muy contentos por volver a actuar aquí tras 25 años", confirmaba hace unas semanas en declaraciones a Faro de Vigo Nando Casal, fundador y alma mater de Milladoiro. "Después de recorrer mucho mundo es bonito regresar a casa", concluía. El éxito está asegurado.