Una espectacular redada contra el tráfico de drogas a gran escala se saldó ayer con la detención de ocho personas, cinco de ellas en Vilagarcía y Catoira. Los responsables de la investigación consideran que al menos algunos de ellos son los presuntos financiadores de un alijo de 8.000 kilos de resina de hachís que fue intervenido a mediados de mes en el mar Mediterráneo, frente a las costas de Cartagena (Murcia).

Entre los arrestados se encuentran David González Chorén, gerente del Don Piano, un pub situado junto a la rotonda de O Ramal y la carretera de subida a la estación de tren de Vilagarcía; una mujer de nacionalidad colombiana que reside en un piso de la calle Camilo José Cela, en el barrio vilagarciano de O Piñeiriño -también conocido como "As Pistas"-, y su hermano, que residía con ella; y un hombre de Catoira, Manuel Fontenla, que últimamente se dedicaba a la venta de patatas al por mayor.

No ha trascendido la identidad del quinto detenido en Arousa. Lo que sí se sabe es que también han sido arrestadas tres personas en Madrid, Albacete y Almería, como supuestas integrantes de la red. Así las cosas, el número de detenidos se eleva a al menos 12 personas desde el inicio de la operación, puesto que tras el apresamiento del velero fueron arrestados cuatro individuos, algunos de ellos también de O Salnés.

La operación está siendo dirigida por un juzgado de la ciudad catalana de Sabadell, y la desarrollan conjuntamente dos unidades especializadas de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Con los arrestos de ayer se considera desarticulada una presunta organización dedicada al tráfico de drogas a gran escala, aunque no se descarta que en las próximas horas o días puedan caer otros actores secundarios.

Vilagarcía

Los Greco de la Policía Nacional de Pontevedra y el EDOA de la Guardia Civil de Lugo tenían sendas investigaciones contra grupos criminales, que hace unos meses se cruzaron, de ahí que la operación actual sea conjunta. El dispositivo en sí estalló hace apenas 10 días, con el apresamiento en alta mar del "Mar Blue", un velero en el que iban enrolados cuatro gallegos, y que fueron detenidos después de que en el barco se localizasen unas ocho toneladas de hachís distribuidas en fardos en los camarotes de la tripulación.

A raíz de esa intervención prosiguieron las pesquisas para localizar a los responsables del alijo en tierra, y fue ayer cuando se procedió a los registros y detenciones.

Los arrestados en Arousa han sido trasladados a los calabozos de la Policía Nacional en Pontevedra y está previsto que presten declaración por exhorto en los juzgados de la capital arousana mañana jueves, a no ser que el juez de Sabadell que coordina las pesquisas decida finalmente interrogarlos él mismo.

La operación la llevan a cabo agentes del Greco (Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado) de la Policía Nacional, y el EDOA (Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga) de la Guardia Civil. En el operativo del barco en el Mediterráneo colaboró también Vigilancia Aduanera.

Se estima que la organización habría ingresado unos ocho millones de euros por la venta de la resina de hachís, lo que les habría reportado unos beneficios de en torno a 5,6 millones de euros. Los financiadores habrían tenido que asumir una inversión de más de 2,5 millones para comprar la droga y fletar la embarcación, de ahí que fuentes consultadas en Vilagarcía hayan señalado que tras las personas detenidas ayer tiene que haber otras, aún no identificadas, que hayan aportado también una parte significativa de dicha inversión.

Camilo José Cela

Eran sobre las 10 de la mañana cuando media docena de vehículos de la Policía Nacional llegaron a la calle Camilo José Cela, situada al final del barrio conocido como de "As Pistas". Una docena de agentes se apearon inmediatamente de los automóviles, y accedieron al interior del edificio número 18, que está situado junto al bar Matesi, cerrado desde hace tiempo, y frente al parque infantil de O Piñeiriño.

Apenas un par de minutos se escuchó un fuerte ruido dentro del inmueble -algunos vecinos llegaron a afirmar que les había parecido un disparo, aunque fuentes oficiales desmintieron que se efectuase ningún tiro, ni siquiera intimidatorio-, ya que los agentes entraron a la fuerza en la casa. En su interior estaban Paola A.García, una mujer colombiana de unos 40 años que reside en ese mismo inmueble desde hace unos 15, y un hermano suyo, menor que ella. Aunque en el vecindario aseguran que "ahí entraba y salía gente constantemente. A veces les venía alguien de Colombia que se quedaba una o dos semanas, pero otras veces era gente que subía y poco después ya bajaba". Los responsables de la investigación creen que ese piso era un punto de venta de droga.

Hacia las 11 de la mañana la calle era un hervidero de gente. El despliegue era de tal envergadura, con vehículos de la Policía Nacional controlando prácticamente todos los accesos posibles, que se congregaron varios grupos de vecinos a observar el devenir del registro desde las aceras o bajo la sombra de los árboles del parque.

En el operativo se movilizó también a la unidad canina de la Policía Nacional, que se desplazó al lugar con un pastor alemán entrenado para la localización de estupefacientes. Eso sí, para que pudiese entrar el perro y hacer su labor sin problemas fue necesario primero sacar de la casa los dos gatos que tenía la pareja. De esa tarea se encargaron los miembros del Servicio Municipal de Emerxencias de Vilagarcía, que los están custodiando hasta nueva instrucción.

La inspección de la vivienda terminó hacia las 13 horas, momento en el que unos agentes de paisano abandonaron el edificio con un bote de plástico lleno de un material que supuestamente era marihuana, y una caja de cartón. Minutos después, la Policía Nacional introdujo detenidos a la pareja de colombianos en el vehículo oficial.

Paola García y su hermano ya no pagaban las cuotas de la comunidad del edificio desde hacía más de un año. De hecho, parece ser que deben en torno a 1.000 euros. Se da la circunstancia de que en el registro de su casa se encontraron unos 18.000 euros en metálico. También les intervinieron un Volkswagen Golf.

Nuevas entradas

Después de Camilo José Cela, el amplio equipo policial se trasladó al entorno de la estación de tren de Vilagarcía, donde se encuentran la vivienda y el negocio de David González Chorén. En la casa, situada en Ramón Piñeiro López, se intervino una cantidad de dinero que no ha trascendido, pero que según algunas fuentes consultadas habría sido significativa.

La siguiente parada de los agentes del Greco y el EDOA fue el Don Piano, situado junto a la rotonda de O Ramal. El hecho de que se trate de un lugar por el que pasan miles de coches al día -es la salida de Vilagarcía hacia Carril y Santiago- y que al lado del pub hubiese dos bares de tapeo y bocadillos abiertos a esa hora, con mucha gente comiendo en las terrazas, motivó que una vez más el registro no pasase en absoluto desapercibido.

David González, de unos 40 años, que estuvo presente tanto en el registro de su casa como en el del pub, salió detenido, y con el rostro cubierto sobre las 16 horas. Apenas unos días antes había celebrado en la terraza de su establecimiento una sesión de música "chill", la cual anunciaba con entusiasmo en su página de Facebook. Este hostelero vilagarciano también tiene una embarcación de recreo atracada en el puerto deportivo de Vilagarcía, y estaba previsto inspeccionarla también.

La intervención policial se desplazó posteriormente a Catoira y Rianxo, donde fueron registradas las propiedades de Manuel Fontenla, situadas entre la zona de Coaxe (que está en la parroquia catoirense de Dimo) y Leiro (que pertenece a Rianxo). Fontenla, que tiene unos 57 años y que cuenta con antecedentes, se dedica actualmente a la venta al por mayor de patatas. En el pasado también tuvo un bar y fábrica de puertas en Ribadumia.