Ganar dimensión a la vez que buscar mercados en el exterior son los principales retos a los que debe enfrentarse la empresa gallega para ganar en competitividad. Esta es la principal conclusión del curso que se acaba de clausurar en el emblemático pazo de Rubiáns y que desde marzo reunió en Santiago a los dirigentes de las empresas agroalimentarias más importantes asentadas en Galicia, desde la cervecera Estrella de Galicia o la cooperativa ourensana Coren, Froiz o Vegalsa, por poner algún ejemplo.
Sus directivos han participado en reuniones semanales en las que se abordaron estrategias comunes para las distintas empresas que participan en el proceso alimentario, y en las que han tenido cabida representantes del sector primario (agricultura, ganadería y pesca), transformación (como la conserva o el vino) y distribución.
Esta "cumbre empresarial" gestionada por la Escuela de Negocios San Telmo de Sevilla intentó presentar las claves para obtener el máximo rendimiento de los productos autóctonos.
La idea es encontrar la fórmula para "generar valor" a los productos propios de Galicia", explica Rafael Ollero Calatayud,director del programa clausurado ayer en Vilagarcía y buen conocedor de la realidad empresarial gallega pues ya dirigió un curso similar hace cinco años.
Ollero Calatayud considera que la empresa agroalimentaria gallega tiene que fijarse el objetivo de crecer. "En Galicia existe un colectivo grande de empresas pero todas ellas son de dimensión mediana", lo que en principio supone un límite.
Pero a la vez reconoce que existe una importante preocupación económica que frena proyectos de crecimiento sobre todo a la hora de dar el paso a la internacionalización. Y es que las exportaciones ha sido el otro gran eje trazado en este curso intensivo de la Escuela de Negocios San Telmo.
El director del programa reconoce que durante estos meses ha observado que el empresariado gallego está preocupado por la crisis europea actual, lo que supone un lastre a los proyectos de exportación que hasta hace poco eran una vía de escape para desprenderse, en muchos casos de excedentes.
"Claro que se ha hablado del Brexit pero también existen dudas por lo que está pasando en Francia y por la situación de la Unión Europea, en general", subraya Ollero.
Y es que el panorama europeo ha elevado los niveles de "incertidumbre" y por tanto de "seguridad" en la inversión, explica el experto de la Escuela de Negocios y director del programa gallego.
A su juicio esa variable de inseguridad es la que puede dificultar proyectos de internacionalización que serían claves para el desarrollo de las empresas gallegas del ramo.
Con respecto a Portugal, Ollero observa que existe una buena colaboración debido a la proximidad geográfica. Entiende que existe una muy buena relación entre emprendedores de ambos países y considera que no se les puede ver como una competencia sino que se complementan. "El mundo de la empresa tiene una competencia más feroz de otros muchos países o por el mercado a través de internet. A su juicio es positivo aprovechar las sinergias entre Galicia y Portugal y apostar por la deslocalización recíproca con el fin de ganar en crecimiento.
