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Los comuneros buscan fórmulas para sacar rentabilidad al monte más allá de la madera

Rubiáns, con plantaciones de castañas y un proyecto de setas, es el espejo en el que se miran - Los estatutos de la futura Mancomunidad deben ser aprobados en asamblea

Un grupo de comuneros en la reunión celebrada este jueves en el Auditorio. // Noé Parga

Rubiáns es el espejo en el que, a nivel local, se miran el resto de comunidades de montes de Vilagarcía. Con una plantación de castaña y sopesando introducirse en la apicultura o el cultivo de setas, los comuneros de Rubiáns van un paso por delante a la hora de sacar rentabilidad al monte más allá de la venta de madera. Representantes de siete de los diez colectivos de Vilagarcía volvieron a reunirse esta semana para avanzar en la constitución de una Mancomunidad -fórmula que ofrece más ventajas que una coordinadora- a nivel municipal a través de la cual hacer del monte un sector productivo a nivel económico y que genere empleo. Ya está redactado un primer borrador de los estatutos que tendrán que ratificar en asamblea las comunidades implicadas en este proyecto: Cea, Trabanca Sardiñeira, Trabanca Badiña, Guillán, Rubiáns, Fontecarmoa y Sobrán.

Xosé Alfredo Pereira Martínez, presidente de la Asociación Galega de Comunidades de Montes, asistió al encuentro invitado por el BNG para explicar a los comuneros de Vilagarcía las ventajas de agruparse, aconsejarlos sobre el proceso y narrarles las experiencias que ya están en práctica en otras zonas de Galicia, como el Val Miñor, en donde producciones de miel y setas no solo garantizan ingresos sino que han contribuido a que no hubiese incendios forestales en tres décadas.

Capacidad económica

"Generar riqueza y puestos de trabajo es la finalidad" de este proceso, explica Xabier Ríos, portavoz del BNG local. "La mayoría de las comunidades de montes de Vilagarcía son pequeñas y medianas. Algunas no pueden ni optar a ayudas y no tienen capacidad económica para desarrollar proyectos de carácter productivo", añade. El valor de la madera está en manos de las empresas, que "imponen" un precio a la baja. Xosé Alfredo Pereira les relató, sobre esto último, la experiencia de una Mancomunidad gallega que, simplemente por constituirse como agrupación y organizarse, consiguió vender la madera por el doble del precio.

A nivel municipal, Xabier Ríos pone el ejemplo ya citado de Rubiáns, que "va por delante" y es, precisamente, a la que tienen que mirar los otros colectivos "para ser capaces de poner en marcha un proyecto conjunto". Se planteó incluso la posibilidad de "coger un aserradero y vender la madera transformada", lo que aumentaría su valor y, por tanto, también los ingresos para los propietarios.

Una vez sentadas las bases de la Mancomunidad, los participantes quieren ahora agilizar el proceso de constitución. En poco más de una semana se redactarán los estatutos definitivos consensuados con todas las agrupaciones para, a continuación, llevarlos a las asambleas para su aprobación. Los comuneros vilagarcianos o, al menos, sus directivos, están "convencidos" de querer dar este paso hacia la agrupación, explica Xabier Ríos, ya que así podrán hacer más fuerza y optar a proyectos que, de otra forma, ni se plantearían. "Actualmente este sector está totalmente abandonado. El monte está, nunca mejor dicho, a monte y, además, la ley pone muchas exigencias a las comunidades", concluye el portavoz nacionalista en Vilagarcía.

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