Llega el verano, y con la calurosa estación abren también los campamentos, algunos tan prestigiosos y multitudinarios como el que se repite cada año en el centro vacacional de A Lanzada, que de nuevo reunirá a más de dos mil niños de la provincia, distribuidos por turnos de visita semanales entre finales de este mes y principios de septiembre.
Pero los niños tienen otras muchas posibilidades para sacar partido a sus vacaciones escolares, tanto de nivel público como privado, y tanto en O Salnés como en los municipios del Ullán.
Uno de los municipios que se suman a esta oferta es Catoira, donde no hace mucho los comuneros de San Miguel argumentaban que organizar campamentos infantiles es una buena forma de aprovechar el potencial que brinda la laguna de Pedras Miúdas.
Con seguridad éste será uno de los espacios a visitar por los niños participantes en "Catoira Camp", una iniciativa que trata de aprovechar al máximo la proximidad del municipio vikingo a Santiago, Monte Xiabre y la ría de Arousa. Como también las ventajas y alicientes que supone poder acampar a orillas del Ulla, a los pies de los molinos de viento o rodeado de rica flora y fauna que caracterizan el Lugar de Interés Comunitario (LIC) en el que se integra este territorio.
A partir de hoy, y hasta finales de septiembre, los niños del "Catoira Camp" van a tener como "hogar" la casa de turismo rural "El Mirlo Blanco" y estarán acompañados de los monitores de la escuela "Babalú", impulsora de la iniciativa en colaboración con el Ayuntamiento de Catoira.
El citado establecimiento hostelero juega un papel determinante, ya que dispone de un complejo vacacional "con 14.000 metros cuadrados de superficie que está delimitado por un vallado y cuenta con huerto, granja y piscina, además de amplias zonas verdes rodeadas de naturaleza en las cuales los niños podrán disfrutar del medio ambiente relajándose y descansando de una forma activa".
Se propone, por tanto, un "campamento rural" que sirva para entretener a los niños, pero también favorecer su aprendizaje "a través de la inteligencia emocional, uniendo la educación y la enseñanza a través de juegos y actividades al aire libre".
De este modo, los organizadores sostienen que el objetivo "no es solo que los niños disfruten de la naturaleza a través del ocio y del deporte, sino conseguir que tengan la capacidad de actuar de forma autónoma, tomando sus propias decisiones", siempre bajo la atenta mirada de monitores "que serán los coordinadores de los grupos y las actividades, además de ejercer como intermediarios entre los niños y los padres".
Esos monitores se ocuparán de entregar a los participantes "un programa de actividades diario, de forma que cada niño pueda elegir de forma libre aquellas que desea realizar, ya sean deportivas, náuticas, de naturaleza o de ocio".
Rutas de senderismo, jornadas de pesca, cultivar la huerta, prestar ayuda en la granja, pasear en bicicleta o jugar al fútbol, rugby, baloncesto y bádminton son algunas de las propuestas, sin olvidar la natación, el zumba y actividades náuticas como el piragüismo o el windsurf.
Mención especial merece el tiempo de ocio que se dedicará a los "talleres de cocina, teatro, fiestas temáticas, barbacoas, veladas en torno al fuego o juegos tradicionales".
A todo esto, pensando sobre todo en favorecer "aptitudes autónomas mediante técnicas basadas en la inteligencia emocional que permitan a los niños enfrentarse a una decisión y elegir la más adecuada, así como fomentar la empatía hacia los demás y la autoestima", se sumará la realización de "asambleas, juegos de habilidades sociales y charlas con los monitores".
Desde la organización también destacan que "como huéspedes, los niños podrán elegir no solo las actividades que deseen realizar, sino también el menú diario, del que tendrán tres primeros platos y tres segundos elaborados con productos naturales".
