Fernando López Alsina, profesor de Historia Medieval y Contemporánea en la Universidade de Santiago de Compostela, fue el encargado de ofrecer la conferencia de clausura del seminario internacional llevado a cabo en Catoira al abrigo del programa europeo "Follow The Vikings". Con el título "La cultura vikinga y el Camino de Santiago", Alsina dio una lección magistral sobre el papel desempeñado por los bravos guerreros nórdicos en la cultura europea y destacó el empeño del municipio catoirense por mantenerla viva.

-Catoira, cultura vikinga y Camino de Santiago, curiosa relación.

-La hay, y es estrecha. Estamos hablando de dos itinerarios culturales del Consejo de Europa y de un municipio que es el único lugar de toda España que está metido en la red de itinerarios vikingos, de tal forma que el Bajo Ulla, Iria, Padrón, Catoira... se vinculan tanto a la tradición jacobea y la traslación de los restos del apóstol Santiago como a la ruta marítima que habla de la expansión vikinga. ¡Es todo un privilegio para Catoira y Galicia! ¿Me preguntaba usted por la relación? Pues el periodo vikingo va desde los siglos VIII a XI, que es cuando Dinamarca y Escandinavia se integran en la Europa occidental y cuando se forma el Camino de Santiago en el sur del continente. Los escandinavos adoptaron la lengua y el alfabeto latino produciéndose un gran cambio cultural e integrándose en la Europa latina u occidental. Si nos preguntamos cómo vive ahora la gente en Asia decimos que de una forma cada vez más occidentalizada, y ese es el modelo que a finales de la Edad Media se fue extendiendo a escala planetaria, por eso Galicia, a través de Catoira, tiene la enorme ventaja de estar conectada con estos dos itinerarios decisivos en la construcción de la identidad europea.

-Y Catoira está en medio de todo esto.

-Efectivamente. Catoira es fundamental porque se trata de un lugar al que con frecuencia llegaban las incursiones vikingas, por eso la mayor fortaleza construida fueron las Torres do Oeste, que se hicieron para proteger la región ante las incursiones vikingas. Incluso debemos recordar que la primera fortaleza defensiva, con murallas y torres, que tuvo Santiago, se hizo para frenar a los vikingos a manos de un obispo del siglo X que en el año 968 murió en combate con los vikingos que habían desembarcado en el Ulla con la intención de atacar Compostela. No cabe duda de que de toda la península Ibérica el Bajo Ulla es el sitio donde se produjeron las incursiones más frecuentes, peligrosas y decisivas.

-Sin duda la huella de los vikingos da mucho de qué hablar, de ahí la importancia de seminarios como este de Catoira. Pero dejando a un lado ese aspecto más académico, ¿cuál es el papel del municipio en este proyecto internacional?

-Juega un papel muy importante. Prueba de ello es que en estos momentos son catorce los miembros del programa europeo, y uno de ellos, el único español, es Catoira. Este programa tiene unos objetivos muy importantes y claros e incluye actividades como este seminario internacional, de ahí que a Catoira le correspondiera reunir a representantes de todos los socios, llegados desde Islandia, Irlanda, Inglaterra, Suecia, Noruega, Dinamarca y otros puntos del continente para trabajar sobre numerosas e interesantes ponencias. En toda Europa hay infinidad de museos dedicados a los vikingos, restos arqueológicos relacionados con ellos y todo tipo de elementos que hablan de su historia. Pues bien, ahora todo eso se integra en una red cultural y turística de la que forma parte Catoira, de ahí su relevancia en todo este proceso. Y no debemos olvidar que este municipio tiene mucho que aportar a esa red, empezando por esa fiesta declarada de Interés Turístico Internacional que es la Romería Vikinga, la cual empezó nada menos que en los años sesenta de la mano de un grupo de integrantes del Ateneo que fueron quienes tuvieron la idea de esta celebración que hoy en día atrae a decenas de miles de personas.