El Servicio Municipal de Obras de Vilagarcía acomete desde comienzos de esta semana trabajos de mejora en distintas zonas peatonales del municipio con los que el departamento que dirige Lino Mouriño pretende avanzar hacia una mejor accesibilidad, además de minimizar los riesgos que para los peatones siempre conllevan los socavones y daños en el pavimento. Así, se llevarán a cabo tareas tanto en la zona de Vista Alegre como en las aceras de la calle Doutor Tourón, sustituyendo piezas rotas o fijando las que están levantadas o despegadas. Se trata de unos trabajos de mantenimiento que el Concello repetirá en un futuro en otras zonas en las que sea preciso.

Una brigada trabaja ya desde ayer en Vista Alegre, toda vez que concluyeron las obras de construcción del nuevo acceso peatonal al Castro de Alobre y la primera fase de humanización de un tramo de la citada calle. Los operarios proceden ahora a la reposición de las losas de piedra rotas a consecuencia del paso de la maquinaria de obra, así como otras baldosas afectadas por el desgaste. En la primera jornada, los trabajadores municipales se centraron en las planchas de piedra que circundan la base de la nueva escalera instalada en el acceso al Castro de Alobre y, en los próximos días, proseguirán reponiendo las piezas rotas y fijando otras sueltas o levantadas hasta la confluencia con Alexandre Bóveda. Algunos de los puntos en los que actuarán están ya señalizados con conos de obra para advertir a los viandantes.

Falta de mantenimiento

En cuanto rematen esta actuación en Vista Alegre, los trabajadores harán un repaso completo a las maltrechas aceras de la avenida Doutor Tourón. Las tareas comenzarán en la Plaza de España y, en semanas sucesivas, continuarán avanzando hasta concluir en la rotonda de Pablo Picasso.

Hay que tener en cuenta que el estado actual de las aceras de esta calle no solo ofrece un mal aspecto sino que es un foco de problemas para los peatones. Así, en algunos tramos faltan un buen número de baldosas, también pueden verse losas rotas y otras piezas están sueltas. Estas últimas, cuando llueve, como en las últimas semanas, acumulan agua por debajo, salpicando a los viandantes cuando las pisan. Esta circunstancia resulta molesta para los usuarios de esta vía pero, sobre todo, la falta de mantenimiento de las aceras supone un problema de accesibilidad. En este sentido, genera riesgo de tropezones y caídas para los peatones, especialmente para los afectados por mayores problemas de mobilidad, como puede ser el caso de niños de corta edad o de personas mayores.