La comisión de fiestas se entregó a pesar de la tristeza que supone perder a algunos de los más significados promotores en los últimos dos o tres años.

La última baja fue especialmente dolorosa por el rápido y reciente fallecimiento de Juan Barral Ares, que incluso participó en la organización de esta última edición del San Gregorio.

Por ello, vestidos con polo blanco, sobreimpreso con un lazo negro, ayer le dedicaron un minuto de silencio en señal de respeto y agradecimiento por tantos años de colaboración y amistad. Fue antes de la misa que ofició José Barreiro, en la que también se le hizo una mención a modo de ofrenda.

Los fundadores de la fiesta expresaban su pesar. "Del grupo primero quedamos ya muy pocos", explica Luís Vázquez.

"Lo más triste es que algunos se han ido muy jóvenes, con poco más de 40 años", agrega el presidente Juan Barral. Y el relevo todavía está en esa edad de rebeldía. "Los jóvenes ayudan un día pero no tres meses como llevamos nosotros organizando todo esto".