Uno de los principales problemas con los que se encuentra el "Komaira" desde que ha vuelto a navegar es la ausencia de un amarre adecuado para embarcaciones tradicionales no solo en A Illa, su puerto base, sino en cualquiera de las dársenas que se encuentran en la ría de Arousa.
Así lo apunta uno de los doce integrantes de la asociación que lleva el nombre del barco, Manuel Guillán, pues se ven obligados a amarrarlo en un muerto en las inmediaciones del paseo marítimo de O Cantiño o a vararlo en la playa ante la imposibilidad de contar con esta infraestructura. Guillán reconoce que "es una pena que no se apueste por crear espacios en los muelles para las embarcaciones tradicionales, que en otras geografías están sumamente protegidas, mientras que en Galicia apenas se tienen en cuenta".
Un ejemplo de ello son las tasas portuarias que deben abonar estos barcos. Pese a tener setenta años y estar acreditado que el "Komaira" era uno de los galeones que ya surcaba la ría de Arousa en los años 50 del pasado siglo, no está catalogado como clásico, la única alternativa para estar exento del pago de tasas a Portos de Galicia.
Este hecho les supuso "tener que abonar una importante cantidad de dinero cuando estuvimos amarrados en O Grove porque no cumplimos los requisitos que marca Portos de Galicia para quedar exentos del pago de estas tasas".
Desde hace años, entidades como la Federación Galega pola Cultura Marítima e Fluvial (FGCMF) viene reclamando que se reconozcan las embarcaciones tradicionales y queden exentas de las tasas por amarre en los puertos de Galicia, algo en lo que todavía no se ha conseguido avanzar demasiado pese a la importancia histórica y etnográfica que guardan muchas de estas embarcaciones.
