A pesar de que el PP de Pontevedra cree que la Lei de Acuicultura propuesta por Mar puede ser positiva para los intereses de Galicia no duda en reclamar su retirada, aún dejando en evidencia a los responsables de la Consellería do Mar e incluso al Consello da Xunta, ya que tras iniciarse la tramitación de este procedimiento se desarrolló un proceso de exposición pública de 45 días para que el sector lo revisara y presentara alegaciones.

En este sentido, un dato curioso a tener en cuenta es que en Mar decían hace solo dos días que no entienden cómo los sectores productivos descontentos piden que se retire la ley sin antes saber si sus alegaciones van a ser contempladas o no, y por tanto, sin conocer el texto definitivo. En Mar aprecian posibles maniobras políticas que expliquen este rechazo frontal al articulado, y de ser así esa misma reflexión debería hacerse extensiva a los compañeros de partido de Quintana y Maneiro, que también rechazan la ley sin conocer su resultado.

Ni que decir tiene que tras hacerse pública la postura del PP provincial cobran aún más peso las declaraciones del propio Juan Maneiro en FARO DE VIGO. El domingo decía que las mayores críticas están "basadas en el desconocimiento del texto", pues se trata de "una norma tan ambiciosa como técnica", y por tanto "es difícil de comprender". El secretario xeral de Mar llagaba a reconocer que desde la Consellería "hemos fallado en la comunicación con el propio partido a la hora de sentarnos a explicar la ley con paciencia y dedicación".

Pero tanto él como la conselleira se comprometen a seguir dialogando, convencido de que tanto los representantes políticos como los sectores productivos "sabrán entender todos los argumentos y sabrán ver en la ley lo que en realidad es, una auténtica oportunidad para el sector y para sus municipios".

Tras el posicionamiento de algunos alcaldes del PP contra la ley, y sobre todo tras el voto en contra de su partido a la misma en diferentes ayuntamientos, Juan Maneiro decía que puede entender esa reacción "en el contexto de la defensa de sus ciudadanos, a quienes otros, no sabemos muy bien con qué oscuro interés, engañaron deliberadamente con cuentos que no son ciertos adelantándose a nuestras explicaciones".

Ahora que el PP se posiciona también en pro de la retirada del anteproyecto parece evidente que la rebeldía no era cosa de cuatro regidores o presidentes locales de partido y que la falta de comunicación interna a la que aludía Maneiro fue en realidad más preocupante de lo que cabría esperar en el partido.