Si en 2010 surgía de Meaño la asociación "Vendima" impulsada por Manuel Troncoso -entidad que cuenta hoy con 54 asociados- este pasado martes de presentaba en sociedad, en Dena, la "Agrupación Profesional de Viticultores Rías Baixas", una entidad que surge más con un marcado carácter técnico por cuanto al frente de la gestora figuran ingenieros agrónomos, gestores y autónomos con empresas vinculadas al sector. Su objetivo es doble: por una parte contribuir profesionalizar el sector y por otra luchar por recuperar un precio digno para uva.

"Fue a partir de la cosecha de 2011 cuando se inició todo este deterioro -explica Julio Reboredo, tesorero de la junta y buen conocedor del sector por cuanto lleva desde 2012 ejerciendo como vocal del Consello Regulador-, hasta el punto de que esta cosecha de 2015 ha sido la peor en precios de los últimos 20 años". "Pero lo más lamentable -continúa- es que ante esta situación todo el mundo, incluido los sindicatos, estén callados". "Se sigue pagando la uva -agrega- por debajo de los costes de producción, incumpliendo descaradamente la ley, y nadie mueve ficha. Por eso pretendemos organizarnos y concienciar a los viticultores de la necesidad de asociarse para defender nuestros intereses como colectivo".

"Desde nuestras empresas vinculadas al sector -explica el vicepresidente José Maquieira- venimos constatando además que existe una desinformación muy grande entre los viticultores, y que muchos tienen dificultades a la hora de tramitar documentación diversa ante el Consello o las administraciones. Esto es algo que también vamos tratar de paliar desde esta agrupación". Es así que declaraciones de cosecha, modificación de altas en el Consello, incluso la declaración de la rentas serán servicios gratuitos que la entidad se plantea ofrecer a sus asociados. Y otro campo de actuación será la formación, de hecho están trabajando ya para ofrecer en breve 15 cursos para obtención del carnet de aplicador de fitosanitarios en su nivel básico.

La agrupación se plantea como ámbito aunar a viticultores no solo de O Salnés, sino de toda la denominación de origen. Con tan fin se proyecta un ciclo de charlas informativas en las diversas subzonas llegando con el proyecto al Condado, O Rosal y al Ulla "porque los problemas son comunes a todos y pretendemos aunar cuantos más viticultores mejor" apunta el presidente Fernando Crusat. De partida la entidad prevé arrancar con 200 socios. "La mayoría de nosotros -apunta el cambadés Bruno Somoza, secretario él gestora- contamos en nuestras bancos de datos con centenares de clientes que son viticultores y les iremos explicando el proyecto confiando en que la gran mayoría se sume". De reunir ese grupo considerable de socios otro de los objetivos que se plantea la entidad es estar presente en los órganos de decisión. "Queremos estar en el Consello Regulador, en las Mesas do Viño? -apunta Julio Reboredo- porque es ahí donde toman las decisiones que afectan al viticultor".

A la hora de regular el precio de la uva el vocal del Consello lo tiene claro: "urge que la Consellería impulse un estudio serio para fijar los costes de producción, y esos costes son los que han de marcar la referencia de los precios que se van a pagar". "De nada sirven ya Mesas do Viño como la de 2006 -aclara Julio Reboredo- que fijaban una tabla de referencia para los precios, porque existe una ley de competencia que echa abajo cualquier tabla de precios". "Lo que sí se pueden fijar son los costes de producción y a partir de ahí, sabiendo que existe una ley que impide pagar por debajo ellos, ya podemos tener cifras de referencia completamente legales. Es el camino que ha seguido el sector lácteo".