Adquiridas en el año 2010 para completar la zona administrativa y cultural de A Illa, las casas do Campaneiro y Dona Tomasa, los únicos ejemplos de arquitectura modernista que existen en el municipio, languidecen sin encontrar la financiación necesaria para su rehabilitación. Las dos viviendas, que en su día fueron ejemplo de la bonanza económica de la época para la industria conservera, llevan años de decadencia, algo apreciable desde el exterior, aunque lo peor se encuentra en el interior, donde los pisos de madera amenazan con caerse por no acometer las tareas de rehabilitación que el Concello viene reclamando a Fomento desde 2011.

El propio alcalde de A Illa, Carlos Iglesias, reconoce que "el paso del tiempo les está afectando de manera notable, y aunque no corren peligro de venirse abajo, por el momento, sí es necesario acometer las obras de rehabilitación antes de que la situación vaya a peor".

Las dos viviendas se compraron en octubre de 2010 por 401.000 euros, poniendo fin a casi una década de negociaciones con sus propietarios. La intención era convertir los inmuebles en un centro social y de la tercera edad (O Campaneiro) y en una biblioteca (Dona Tomasa), para lo que el arquitecto pontevedrés Manuel Gallego Jorreto realizó un proyecto de rehabilitación que, en un primer momento, encontró financiación a través del Ministerio de Fomento, que habilitó una partida económica de 1,2 millones de euros al incluirlas en un programa para rehabilitar viviendas singulares. Ese proyecto también contemplaba la mejora de la accesibilidad, con la instalación de ascensores y sistemas de ventilación, de los que carecen las viviendas.

Sin embargo, el cambio el cambio de responsable en el Ministerio de Fomento, al sustituir Ana Pastor a José Blanco, paralizó la inversión impidió que estas dos viviendas se encuentran ya rehabilitadas y en funcionamiento. En los últimos presupuestos del Estado no ha figurado ninguna partida económica para acometer las obras, todo ello pese a que el pasado mes de mayo, el anterior regidor de A Illa, Manuel Vázquez, mantuvo un encuentro con responsables de Fomento interesados en conocer el proyecto de rehabilitación de las dos viviendas y analizar la posibilidad de destinar una partida para acometer la actuación. No hubo suerte, y en A Illa continúan aguardando para recuperar dos de sus referencias arquitectónicas más importantes, reflejo de un antiguo esplendor que ya ha desaparecido.