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Nunca sembrar trigo fue tan didáctico

Los vecinos de Valga de más edad disfrutan con los niños en el encuentro intergeneracional de la "sementeira"

Algunos niños se vistieron para la ocasión. // Iñaki Abella

En el Ayuntamiento de Valga, protagonista hace unos días con la inauguración del Belén Artesanal en Movimiento de la parroquia de Campaña, que sigue recibiendo una gran cantidad de visitas diarias, las costumbres del rural se convierten en una fiesta y en una especie de lecciones de vida impartidas por los vecinos de más edad, para que los niños sepan cómo se vivía antaño en el rural y disfruten a su lado de una jornada diferente.

Ayer se escenificó la siembra del trigo, de tal manera que los abuelos mostraron a sus nietos cómo preparar el terreno y cómo depositar el cereal.

Al igual que, llegado el momento, volverán a reunirse para recoger el fruto que les da la tierra, y de nuevo para asistir al proceso de la "malla", a la molienda y a la elaboración del pan.

Son los encuentros intergeneracionales; celebraciones populares que también aparecen representadas en el citado Belén Artesanal y entre las que cabe incluir también la anual escenificación de la matanza del cerdo.

Todo ello propuestas de carácter lúdico, cultural y educativo promovidas desde hace años por el gobierno que dirige el conservador José María Bello Maneiro, que ayer volvió a pisar la leira de Ferreirós (Cordeiro) elegida para esta exhibición y pudo departir con los participantes.

De este modo el primer edil pudo comprobar de nuevo cómo estas citas intergeneracionales con la historia se convierten en un auténtico acierto -un modelo desde luego recomendable a otros municipios- pues sirven para recordar tradiciones y recuperar el patrimonio cultural, como en su momento se intentó también en O Grove con la "Festa da Salga" en el Museo de la Pesca y la Salazón de Punta Moreiras.

Ayer, en Valga, se sembró el trigo, se cantó como se cantaba antes -durante las tareas del campo-, se emplearon las vestimentas propias del rural -cuando se trabajaba de sol a sol con ayuda de los animales y los carros- y se repusieron fuerzas con productos típicos, como los quesos y los chorizos.

Las asociaciones A Eira, Asdivalu, Axentiva y Mulleres Rurais Albor, junto a los colegios plurilingües Xesús Ferro Couselo y Baño, se implicaron una vez más en esta exitosa celebración que ahora permitirá a los niños profundizar en la pretendida recuperación del patrimonio mediante trabajos en sus aulas.

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