La sesión plenaria que se celebró en Ribadumia el pasado miércoles finalizó con polémica. La expulsión del edil conservador, Luis Serantes, tras ser llamado al orden por el alcalde, David Castro, motivó que los conservadores abandonasen el pleno de forma voluntaria. La decisión de los conservadores ha causado un importante malestar en el seno del tripartito que forman Independientes, Somos Ribadumia y PSOE, ya que las tres formaciones consideran que el PP "buscó, de forma intencionada, una excusa para poder dejar el pleno antes de llegar al punto en el que se iba a dar cuenta de los informes técnico-legales en los que se pone de manifiesto la situación irregular de varias instalaciones municipales, así como de las deficiencias heredadas del gobierno presidido por Salomé Peña".

Solo desde esta visión entiende el bipartito la actitud de Peña y Serantes, que se negaron a informar a la corporación sobre los acuerdos a los que llegó el anterior gobierno con los vecinos en la adquisición de terrenos para la depuradora de Lois o sobre la reparación de desperfectos en parques infantiles.

Fue precisamente en este punto donde "se informó de la falta de fondos y de la ausencia de mantenimiento, donde el PP se molestó, negándose a apoyar la propuesta de reparación de los parques infantiles y donde Serantes forzó el debate hablando de cuestiones totalmente ajenas al punto". A pesar de las reiteradas llamadas al orden que realizó el alcalde, la discusión terminó con la expulsión del coportavoz conservador y la marcha de sus compañeros.

Consideran desde el tripartito que "no se nos puede acusar de falta de transparencia, cuando todos los grupos, incluido el PP, contaban con la documentación del pleno desde la junta de portavoces, órgano que no existía con el PP". No dudan en reconocer estar sorprendidos de que "el PP nos acuse de falta de democracia y respeto por el pleno, cuando en este y en todos los que se han celebrado, son sus portavoces los que más intervienen, haciendo uso de varios turnos de palabra".