El grovense Ramón García Mouriño, de 33 años, falleció ayer en su villa natal tras sufrir un aparatoso accidente de circulación mientras pilotaba una moto de gran cilindrada; una de sus pasiones.

Los hechos ocurrieron a las diez de la mañana en la carretera comarcal a la altura del barrio de Ardia, principal acceso rodado al núcleo grovense. Se trata de un tramo con características de travesía urbana y velocidad limitada a 50 kilómetros por hora situado entre A Lanzada y el centro de la villa.

La motocicleta que pilotaba Ramón García Mouriño alcanzó por detrás a un todoterreno. El impacto fue tan violento que el piloto salió despedido y perdió la vida en el acto.

El vehículo, de matrícula 0127-FGH y conducido por un octogenario vecino de la zona, apenas sufrió una leve abolladura en la defensa trasera, ya que la colisión de la moto se produjo a la altura de la rueda de repuesto del todoterreno, la cual estaba colgada en el portón trasero y que salió despedida tras el percance.

El conductor de ese todoterreno, visiblemente consternado por lo sucedido, dio negativo en el control del alcoholemia al que fue sometido. En el lugar de los hechos explicó a los numerosos testigos que se agolparon en el lugar que se incorporó a la calzada porque, aunque vio de lejos a la moto, creyó que se encontraba a demasiada distancia y que le daría tiempo a salir a la carretera. Llegó a situarse en la plataforma de rodadura con el morro del coche mirando ya hacia el istmo de A Lanzada, el mismo sentido de circulación que llevaba Ramón García en su moto.

Irremediablemente se produjo la brutal colisión por alcance, con las nefastas consecuencias descritas para el piloto, un joven muy conocido y querido en la localidad, donde fue miembro de la escuela de vela y practicó otra de sus grandes pasiones, el piragüismo.

Tras el brutal impacto se personaron en el lugar de los hechos efectivos de Protección Civil de O Grove, quienes constataron que el joven ya no tenía pulso. Trataron de reanimarlo, como hicieron momentos después los efectivos del 061 desplazados, pero ya nada se pudo hacer para salvarle la vida.

El cuerpo de Ramón García Mouriño permaneció tendido sobre la carretera mientras las fuerzas de seguridad y los servicios de emergencias regulaban el tráfico -el vial tuvo que ser cortado temporalmente- y despejaban la calzada; al tiempo que se vivían escenas de gran conmoción entre los amigos y seres queridos del fallecido.

Durante todo el día las redes sociales se hicieron eco de la noticia y del pesar existente entre la sociedad meca. En el club deportivo Breogán se mostraron especialmente consternados, ya que Ramón García es hijo de su vicepresidente. "Con solo 33 años se va una vida llena de ilusiones y proyectos", decía el club del que fue uno de sus remeros, "llegando incluso al Centro Galego de Tecnificación Deportiva".

La citada entidad añadió que "tras dejar la piragua, Ramón García Mouriño se centró en otras dedicaciones, sobre todo en la vela, principalmente a bordo de la goleta Raquel C, y la moto, de la que era un enamorado".

En el Breogán, como hicieron otras entidades deportivas y numerosos vecinos a título particular, quisieron mostrar su "apoyo y cariño" a la familia del joven motorista muerto en Ardia.