Alfredo Bea García, portavoz del Partido Galeguista Demócrata (PGD) se sale con la suya y obliga al alcalde de O Grove a convocar una sesión plenaria para que sea la Corporación municipal la que debata qué dos días van a considerarse como festivos locales de la localidad el año que viene.

Ya lo había intentado, pero el gobierno socialista de José Antonio Cacabelos Rico se opuso y trató de imponer sus dos elecciones, la del miércoles de Entroido (10 de febrero) y el día del Carmen (16 de julio).

Tirón de orejas

Pero el concejal galeguista presentó los correspondientes recursos y finalmente hizo que la Xunta tirara de las orejas al gobierno, instándolo a tomar la decisión en el pleno.

Lo cierto es que los socialistas podrían haber intentado mantenerse firmes, pero dado que la ley obliga a convocar al pleno, la Xunta reaccionó de tal modo que o bien es la Corporación la que toma el acuerdo o el año que viene se mantendrán los mismos días festivos de este año, es decir, el Carmen y San Martiño (11 de noviembre), que es, precisamente, lo que planteaba Alfredo Bea.

Puede perder la guerra

Esto supone que tras perder la batalla del pleno, desautorizándose el acuerdo de la Junta de Gobierno, si José Cacabelos no quiere perder definitivamente esta guerra tiene que plantear el debate plenario con la esperanza de sacar adelante sus dos propuestas, pero teniendo en cuenta que carece de mayoría absoluta para imponerlas.

El primer paso del alcalde ha sido convocar para el miércoles que viene a la Comisión Informativa General para tratar, como único punto, la "propuesta de dictamen para designación de los festivos locales de 2016"; paso previo a la celebración de la sesión plenaria.

José Antonio Cacabelos Rico presentó también sus propios recursos en este proceso, oponiéndose a convocar el pleno y alegando que la Junta de Gobierno que preside tiene competencias suficientes para designar las festividades locales.

El socialista incluso argumentó en su defensa que en los años anteriores, cuando el PSOE estaba en la oposición, las decisiones sobre los festivos se tomaron, precisamente, en la Junta de Gobierno, sin que mediara el pleno. La diferencia, lógicamente, es que entonces nadie presentó un recurso como en el que en esta ocasión tramitó el galeguista Alfredo Bea García.