Los vendedores de la plaza de abastos grovense, y especialmente las pescantinas, consideran que estas instalaciones están ahora más desangeladas que nunca.

Reconocen los profesionales que desde el Concello, tanto en el anterior mandato como en el actual, se han impulsado diferentes acciones tendentes a captar y fidelizar clientela, como también a mejorar la infraestructura para hacerla más acogedora.

"Pero el problema es que no hay gente comprando, y normalmente estamos unas (vendedoras) mirando para otras sin nadie a quien atender", lamenta una de las pescantinas de la plaza meca. Y eso a pesar de que en estas instalaciones se ofrece un producto "de calidad, confianza y proximidad", tal y como insisten una y otra vez los placeros y la Administración.

Hay que recordar que recientemente el Concello de O Grove sacó a concurso cuatro puestos fijos de venta y once bancadas situadas en diferentes ubicaciones de la plaza de abastos.

Se trataba de ocupar los espacios actualmente vacíos y dotar de mayor contenido e incluso variedad al mercado, para así contribuir a atraer nuevos clientes. Pero a pesar de la oferta lanzada, que inicialmente se antojaba tentadora, solo se presentaron seis solicitudes.

El gobierno local también impulsó un curso de formación para mejorar la capacidad de venta de las pescantinas y afronta mejoras estructurales, sobre todo en materia de iluminación, gracias a una ayuda económica de la Xunta tramitada por el anterior ejecutivo.