La Consellería do Mar levanta ahora la veda del centollo, y por tanto permite su captura para que la flota pueda aprovechar el movimiento migracional de la especie. Los biólogos explican que los individuos adultos migran hacia zonas profundas para aparearse, en los meses de septiembre y octubre. Es en diciembre y enero cuando regresan a la costa. Además las centollas realizan su segunda puesta del año justo antes del otoño, por lo que a partir de ahora el porcentaje de hembras ovadas es muy bajo y pescarlas supone un trastorno menor.