Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Polémica en la cofradía carrilexa

Una xunta xeral dividida tumba el acuerdo de las mariscadoras de Carril de faenar en Malveiras

La asamblea de la agrupación aprobó por mayoría solicitar trabajar en las islas, pero 13 miembros del pósito, incluidas directivas del colectivo de a pie, lo rechazaron - Las impulsoras del plan alertan de "una vulneración"

La estructura metálica anexa a la lonja de Carril ya está completamente levantada. // Noé Parga

Polémica y tensión en la cofradía de Carril. Solo unas horas después de que la asamblea de la agrupación de marisqueo a pie aprobase (con 35 votos a favor, 23 en contra y dos abstenciones) solicitar un plan de explotación para trabajar el entorno de las islas Malveiras, la xunta xeral (una especie de Parlamento si hablásemos de política) dejaba ese acuerdo hecho añicos al tumbar la elaboración del plan, y lo hizo en un ambiente claramente dividido. Las votaciones así lo reflejan, con 13 votos en contra de otorgar parte de Malveiras a las mariscadoras y 8 a favor. Aunque el sufragio fue secreto, teniendo en cuenta que nueve integrantes de la xunta xeral pertenecen al marisqueo a pie, al menos uno tuvo que oponerse al plan de Malveiras.

Mientras que las defensoras de trabajar el entorno de las islas carrilexas -ahora solo autorizadas a los rañeiros- advierten de que la directiva de la agrupación de a pie "vulnera" por segundo año consecutivo el acuerdo de la asamblea, la presidenta, Lidia García, argumenta que el voto en la xunta xeral "es personal y no vulnera nada".

Por tanto según las palabras de la directiva, las decisiones de la asamblea no son vinculantes. "Sirven para conocer lo que tu gente quiere", interpreta García a, que recuerda que los integrantes de la xunta xeral no tienen obligación legal de dar luz verde a los acuerdo de las agrupaciones sectoriales.

Ella justifica que aceptó debatir el asunto en la reunión de mariscadoras "porque lo habían solicitado 41 personas", es decir, justo la mitad de las 82 que forman parte de la agrupación de marisqueo a pie de Carril.

Inviable económicamente

Lidia García confiesa que en su día fue partidaria de que ella y sus compañeras de profesión pudiesen faenar en las inmediaciones de Malveiras, "hasta que me di cuenta de que económicamente era imposible". La presidenta de la directiva no se refiere al coste de elaborar el plan de explotación, sino de aplicarlo. "Habría que comprar un barco que llevase a las mariscadoras a las islas, no van a ir a nado. También habría que contratar a un patrón portuario, pagar un seguro de responsabilidad civil, ... Y aunque pidiésemos una subvención, tendríamos que adelantar nosotras el dinero. Y si hay mariscadoras que no tienen dificultades para pagar 300 euros de semilla al año...", expone la presidenta de las mariscadoras.

En el lado contrario, María Jesús González, una de las mariscadoras críticas con la gestión de la junta directiva, se muestra indignada con la posición de las dirigentes del colectivo de a pie en la xunta xeral de la cofradía. "Nos vendió nuestra propia agrupación", se queja. "Sabemos de tres personas que no son mariscadoras que votaron a favor del plan de explotación de Malveiras", revela. González y otras trabajadoras del marisqueo a pie solicitaron faenar en el entorno de las islas como una medida "salvavidas" para poder llevar dinero a casa. Ante el fracaso de la petición, ya sopesan judicializar el asunto. Y es que el año pasado presentaron un recurso-denuncia en el pósito y no recibieron respuesta.

Compartir el artículo

stats