Los niveles de biotoxinas del género lipofílico presentes en la boca de las rías siguen en aumento. Especialmente en el caso de Arousa, donde ayer se procedía al cierre de los polígonos bateeiros Grove C1 y Grove C3, lo que interrumpe por completo la actividad en la zona de Meloxo.

Afortunadamente la popularmente conocida como "marea roja" llega una vez superada la Festa do Marisco, por lo que fue posible despachar importantes cantidades de producto en perfectas condiciones; al igual que se registra este episodio otoñal cuando la campaña de mejillón para la industria -cocederos y conserveras- está prácticamente rematada, como se explicaba hace días.

Ya hay una buena cantidad de bateas donde no queda molusco de talla comercial, de ahí que en el sector mitilicultor no preocupe en exceso que el número de polígonos cerrados se eleve ya a 20. Incluso impera la tranquilidad ante el más que probable aumento de cierres en los próximos días.

Cuatro de los clausurados temporalmente están en aguas arousanas -los citados de O Grove-, mientras que en Pontevedra hay siete inoperativos -solo está a salvo, de momento, el Portonovo A- y en la ría de Vigo hay seis cerrados y otros tantos abiertos.

Tampoco se puede extraer producto en el de Baiona, en el de Corme ni en el Muros B, este último en una ría de Muros-Noia que todavía dispone de tres polígonos abiertos.

Mejor es la situación para los infaunales (moluscos que viven enterrados en el substrato), ya que están abiertas todas las zonas productoras de Galicia, en las tres provincias con mar, a excepción de dos en la ría de Vigo.