Ser bailarina de danza se ha convertido en un modo de vida para Rita Catalina Vázquez González y Cristina Cao Romero. A sus 17 años estas dos vilagarcianas han hecho de su pasión la mejor forma de expresar su talento, y con ello, de labrarse un futuro profesional.

Su primer contacto con el baile sucedió con solo cuatro años. Tal fue la atracción que sintieron por la danza que se empeñaron en perfeccionar sus habilidades año tras año. Hace aproximadamente una década, Gema Pizarro se cruzó en sus vidas para convertirse en su particular Lydia, aquella exigente profesora de la serie "Fama" interpretada por Debbie Allen que grabó a fuego en sus alumnos aquello de "la fama cuesta y aquí es donde vais a e empezar a pagar. Con sudor".

Lejos de los ambages propios de cinematografía, la esencia de la cultura del esfuerzo ha sido credo tanto en profesora como en sus alumnas a lo largo de todos estos años en el centro de formación Gema Pizarro de Vilagarcía. Los ensayos, cada vez más duros, se repitieron con una periodicidad diaria. Horas y horas de meticulosa disciplina con el fin de perfeccionar hasta el extremo cada movimiento, cada gesto. Pasos como el Demi Plie, Pass Couru o el Frappé fueron trabajados hasta el más mínimo detalle porque la meta así lo exigía y esa no era otra que ser admitidas en el Conservatorio de A Coruña para poder enfocar su camino hacia el profesionalismo.

Cristina afrontó el reto el pasado verano. El excelente nivel mostrado en las pruebas le sirvió para entrar de manera directa en el tercer curso de grado profesional, lo que supone el que le hayan sido convalidados un total de ocho cursos de conservartorio. Tras un año de experiencia en A Coruña reconoce la vilagarciana que "es normal el nivel de exigencia. Todos los días hacemos danza. Además hay asignaturas como puntas, danza contemporánea o interpretación. Lo más difícil es sacar tiempo para poder compaginarlo con los estudios de 2º de Bachiller e implica mucha disciplina y organización".

Este verano fue el momento para Rita. Acudió a las pruebas de acceso y demostró un talento y una formación que le han servido para entrar en A Coruña en 4º curso del grado Profesional. Por delante dos cursos más antes de afrontar el grado superior de la carrera de danza homologada y regulada por el Ministerio de Cultura. Madrid, concretamente el conservatorio María de Ávila. Ese es el lugar en el que Rita y Cristina esperan completar su meta de ser bailarinas profesionales.

"Tenemos muchísimo trabajo por delante, pero el sueño de bailar en una gran compañía y conocer el mundo entero es una motivación enorme", afirma Cristina. "Poder bailar en los mejores teatros del mundo y también dar clase", son algunos de los catalizadores de la emoción que siente Rita cada vez que afronta cualquier aspecto relacionado con sus estudios de danza.

Por si fuera poco, a la exigencia que supone el convertirse en profesional de un arte como la danza se le une también unas leoninas condiciones económicas en lo que se refiere a los cuatro cursos definitivos del grado superior. Las becas pueden ayudar a menguar el impacto de cursos que pueden superar con creces los 12.000 euros anuales, pero esas ayudas dependen de la capacidad y la proyección que apunten en sus años en A Coruña. Por trabajo, ilusión y preparación no va a quedar. Y es que tanto Rita como Cristina tienen bien claro que, como decía la serie ochentera, con sudor van a empezar a pagar. Pero antes aún tendrán tiempo de actuar el próximo 20 de diciembre en el Auditorio de Vilagarcía. Una muy buena oportunidad para disfrutar de su talento.