La Consellería do Mar baraja desde hace tiempo la posibilidad de introducir un cambio en el modelo de gestión de los bancos de libre marisqueo, y así lo explicó su titular, Rosa Quintana, en diferentes ocasiones, incluso en sede parlamentaria. Es por ello que la Administración citó ayer a los representantes de las cofradías arousanas en el Intecmar para pedirles que reflexionen sobre las ventajas que les acarrearía aplicar un plan de explotación propio en esas zonas, que sería de aplicación en 2016 y en el que colaboraría la Xunta. Mar les pide que aporten ideas o que ellos mismos elaboren ese plan de gestión alternativo para tratar de garantizar la productividad de las zonas comunes de la ría; esas que se explotan cada cierto tiempo pero que nada tienen que ver con las autorizaciones marisqueras de los diferentes pósitos, en las cuales son ellos lo que limpian, siembran, aportan arena y, en definitiva, afrontan todas las labores necesarias para mejorar su rendimiento. Lo que sucede es que aplicar al libre marisqueo un modelo de gestión similar al de las autorizaciones, impulsado por el propio sector, requiere de un grado de consenso entre cofradías que ahora mismo no existe y no parece sencillo conseguir.

"Es algo muy complicado y prácticamente inviable", indicaban los patrones tras el encuentro del Intecmar, en el que solo faltó Vilaxoán. Saben que hay tres bancos principales de libre marisqueo -O Bohído, Os Lombos y Cabío- y una docena de cofradías, por lo que resulta complejo ponerlas a todas de acuerdo. Además, los mariscadores de Ribeira o Aguiño tendrían que acudir a Carril para limpiar o sembrar, y los carrilexos tendrían que hacer el recorrido inverso, con los consiguientes gastos y pérdida de ingresos y tiempo. Por eso no lo ven claro, como también creen "una locura" repartir esas zonas libres entre todos.