Carmela Silva cursó su primera visita oficial a Catoira como titular de la Diputación y se marchó con la sensación de que este municipio ha estado marginado "durante décadas" por el ente provincial que ahora le toca presidir.

En este encuentro con el alcalde, el socialista Alberto García García, se comprometió a brindarle apoyo para tratar de compensar esta situación, incluso impulsando cierta discriminación positiva en beneficio de Catoira, lo cual, lógicamente, resulta del agrado del regidor.

Lo cierto es que el veterano alcalde no dejó pasar la oportunidad y cargó de "deberes" a la presidenta. Le entregó "una larga lista de peticiones que hasta ahora fueron ignoradas reiteradamente por la Diputación", lamentó García.

"Actuó de mala fe"

La sintonía es tal entre ambos dirigentes que Carmela Silva incluso reconoció públicamente que su antecesor en el cargo, Rafael Louzán, "actuó de mala fe y con alevosía" en relación con el proyecto de rehabilitación del edificio municipal de deportes náuticos. Y ese proceder "hizo perder al Concello 150.000 euros" por incumplir la Diputación los plazos establecidos.

Lo que va a hacer ahora el nuevo gobierno provincial es enviar personal técnico a Catoira para ver el modo de finalizar la obra y "enmendar todos los defectos detectados".

"Somos conscientes del daño que se hizo por parte del anterior gobierno, y como institución tendremos que estudiar cómo podemos dar una satisfacción a los vecinos de Catoira", proclamó la presidenta.

Al igual que tratará de colaborar con el ejecutivo local en otras muchas cuestiones puestas ayer sobre la mesa por parte de García, que pidió ayuda económica para celebrar el congreso internacional de entrenadores de piragüismo en aguas tranquilas, previsto para octubre de 2016, y para introducir mejoras en el pabellón municipal y en el campo de fútbol de As Lombas.

Al margen del ámbito estrictamente deportivo, Alberto García demandó apoyo para dotar de contenido y fuerza al centro de interpretación construido en el recinto de las Torres do Oeste, donde cada año se celebra una romería, la vikinga, para la que también se pide respaldo a la Diputación.

La redacción del proyecto para construir un balneario aprovechando las aguas termales y mineromedicinales del pozo de As Lombas, mantener abierto el Centro Municipal do Maior a través de los planes de empleo de la Diputación, incorporar a Catoira al plan de compostaje y residuos provincial o concluir las instalaciones de la nueva casa consistorial en el edifico de usos múltiples son otras cuestiones para las que se pide colaboración a Carmela Silva desde el municipio vikingo.

Viales provinciales

Y eso sin olvidar la "urgente mejora de las carreteras provinciales de Dimo, Oeste y San Salvador" -en cuanto a asfaltado, señalización, aceras y badenes- o la cesión de la titularidad del viaducto interprovincial perteneciente a las Diputaciones de A Coruña y Pontevedra, para que así pase a manos de la Xunta y ésta proceda a acometer las mejoras que tanto necesita, ya que su estado provoca enormes perjuicios e incluso accidentes a peatones y conductores.

Dice el alcalde que la presidenta "se compromete a estudiar detenidamente todas estas demandas", ya que al parecer Silva está convencida de que "el presidente de una Diputación está obligado a servir a todos los Concellos por igual", y como ejemplo citó "el reparto objetivo, equilibrado, equitativo y transparente del fondo de cooperación".

Ni que decir tiene que el alcalde agradeció la visita de Silva, pues al parecer se trata de la primera de carácter institucional que hace a este Concello un presidente provincial "en 36 años". Se trata de "algo incomprensible, porque venir a Catoira no es ningún gesto, sino una obligación, pues el deber de una Diputación es estar al servicio de los municipios de la provincia".