Las remozadas instalaciones deportivas de O Pombal reunieron ayer a más de medio centenar de árbitros para someterse a las pruebas físicas y de conocimientos del reglamento, unos exámenes que van a determinar la categoría en la que van a militar a lo largo de esta temporada, ya que se repartirán entre la 1ª, 2ª y 3ª Autonómicas. La mayor parte de los participantes en la actividad de ayer pertenecían al colegio de árbitros de Pontevedra, aunque también participaron árbitros de las zonas más próximas de la provincia de A Coruña.

Las pruebas físicas a las que se les sometió durante la mañana se centraron en determinar la velocidad de respuesta y la resistencia de los colegiados, y sus posibilidades para seguir de cerca el juego. Estos ejercicios se extendieron durante dos horas en las instalaciones de O Pombal.

Los conocimientos técnicos se demostraron en el edificio de A Mercede, no muy lejos de las instalaciones de O Pombal, donde se sometió a los colegiados a un examen teórico en el que debían demostrar sus conocimientos sobre las reglas del juego y la redacción de las actas. Las pruebas tenían como finalidad comprobar si los candidatos son aptos para realizar un arbitraje, así como para valorar y realizar una clasificación final sobre quien debe ascender o descender de categoría. Estas pruebas volverán a repetirse a final de esta misma temporada.

Los exámenes de los árbitros no es la única actividad de la Federación de Fútbol en la comarca de O Salnés. El campo de A Senra, en Ribadumia, acoge mañana a las 20,30 horas, la final de la Copa RFEF, en la que se van a enfrentar el Cerceda y el Rápido de Bouzas.

La elección de las instalaciones de Ribadumia se perfiló la pasada semana en una reunión en Santiago con los dos clubes de Tercera y después de que resultase imposible disputarlos en San Lázaro (Santiago) y Pasarón (Pontevedra). También se rechazaron otras opciones como Barraña en Boiro o Vista Alegre en Ordes por problemas de iluminación.