El alcalde de Vilagarcía está a punto de materializar uno de sus grandes compromisos adquiridos durante la campaña del 24-M. Si bien para lograrlo, Alberto Varela necesita el apoyo de al menos tres concejales de la oposición, puesto que gobierna en minoría, con ocho ediles. Se trata de la reducción del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), popularmente conocido como la contribución, que el Ejecutivo socialista elevará al pleno de octubre.

Después del anuncio electoral, a la semana siguiente de tomar posesión como regidor, Varela se reafirmó en la rebaja fiscal prometida y desgranó los principales detalles de la misma: el tipo impositivo actual (0,60) se reduciría a razón de dos puntos anuales hasta que en 2018 alcanzase el 0,54. Y tras la reunión celebrada ayer por parte del equipo de gobierno para revisar las ordenanzas fiscales, el compromiso de rebajar el IBI permanece intacto, en los mismos términos.

De este modo, en 2016 -si la propuesta socialista sale adelante- los contribuyentes vilagarcianos pagarán un recibo de la contribución al que se le aplicará un tipo impositivo del 0,58, es decir, dos puntos menos que en el impuesto pagado este año.